Pero es posible que en este país haya  alguien que no conozca a Karlos Arguiñano?

Como en esta vida todo es posible, hagamos un breve recorrido por su vida y milagros, que es, a la par, la historia de este país en los últimos 30 años, el milagro de la nueva cocina vasca y el resurgimiento de la nueva cocina española.

En el año 1976 se reúnen  en San Sebastián la plana mayor de la cocina vasca y la prensa gastronómica. La mesa la pone la revista Gourmets, el mando, Arzak y Subijana. Vienen cocineros de allende los Pirineos. Lyon no está tan lejos y tampoco Bocusse, Michel Guérard o Pierre Troigros. La consigna es muerte al menú turístico, a la paella huérfana de huerta valenciana, al gazpacho desaborido, la sangría y el flamenco pá tós.

La nouvelle cuisine aplaude la iniciativa.: recuperar la tradición, conservar los sabores primigenios, no enmascarar nada, no alargar las cocciones innecesariamente y, sobre todo, que cada uno haga con su cocina lo que Dios le da a entender, que los fogones son el nuevo terreno del creador, del demiurgo de este mundo- España en transición- hambriento de sabores nuevos y de cuerpos sin  fajas ni sujetadores.

La prensa especializada- Luján, Bettónica,- se deja querer y la buena nueva corre como la pólvora, aunque no sin detractores. La administración calla y otorga, las televisiones descubren que España quiere comer bien y llaman a Elena Santoja para que prepare un capón relleno junto con la Piquer. La musiquita de fondo la ponen Vainica Doble y Joaquín Sabina con voz de maltratador que llega chispao a casa. Pero el invento funciona. Y luego…llegó él. Karlos, el gran Karlos Arguiñano.

15 años, como mi amor, el del Dúo Dinámico, llevo viendo a este hombre en la televisión haciendo platos ricos, ricos, contando chistes- que te repites, Karlos:)…- . Forma parte de mi hogar como el  aroma del jaboncito de Heno de Pravia. Ha llenado horas amargas- conversaciones familiares que la quimioterapia empañaba- , ha animado fiestas y reuniones con platos brillantes, cálidos, amorosos..

Nadie le hace sombra. No luches  jamás contra un titán apasionado, deberían recordar otros con menos fortuna. Ya lo dicen los chinos: el amable es invencible.

Aupa Karlos!  Con o sin homenaje en San Sebastián Gastronómica, tu trabajo es digno de la medalla de oro ( o esa la daba Franco???) y no hay nadie que pronuncie mejor la palabra GOZAR!!!!!!!!! que Karlos Arguiñano.