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Biografía

Espai Sucre: The Best Restaurant Dessert 2011

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El pasillo de Espai Sucre se quedó pequeño ayer para acoger a tanta prensa, tanta cámara, tanta madre ilusionada con su retoño pastelero, tanto amigo de un amigo que concursa en esta edición, la tercera, que han venido desde Argentina o desde Guatemala, desde Bélgica, incluso, con propuestas muy dulces  para concursar en este certamen que quiere promocionar los postres de restaurantes.  Hay trajín en la cocina desde las seis de la mañana, por lo que la tensión ha ido in crescendo hasta llegar al momento crucial en el que  todos esos magníficos platos entran en la sala reservada al jurado. Las bases del concurso son muy estrictas y no puede haber nada preparado con antelación ni nada que no sea comestible  a  la hora de emplatar.

No caben más babas en este cristal que nos separa de Paco Torreblanca, Jordi Roca, Jordi Butrón, Oriol Balaguer, Pau Arenós, Rosa Rivas, Philippe Regol y algunos afortunados más que  prueban, huelen, apuntan datos sobre  ocho  postres de tema y libre y otros tantos con el café como elemento central. La gente especula sobre la cara que pone Cristina Jolonch (¿sorpresa, desagrado, sensibilidad dental?) cuando prueba el postre del concursante quinto,  algunos dicen que han visto la nota que Paco Marfull ha otorgado a  tal o cual concursante y discuten a pie de calle sobre la dureza de este  mundo de la cocina dulce.  Hay que ser especialmente escrupuloso con las proporciones, hábil con las mezclas, estar dotado de una sensibilidad especial para captar armonías de sabores, impoluto en la presentación y tener un sentido de la estética desarrollado. No en vano, este es el arte de La Seducción del Azúcar.

Tras el cristal, el transeúnte no entiende nada. Como huele muy bien- a canela, a café, a guisantes, a olivas negras con vainilla,  a albahaca con mantequilla, a regaliz, a jengibre, chocolate y curry- los niños meten la nariz en el portal y se me ocurre  que, en un día como hoy – Día Mundial  para la Erradicación de la Pobreza– deberíamos regalar unos cuántos bombones solidarios, o algo por estilo, para que los Hansel y Gretel de medio mundo no nos acusen de no querer repartir el pastel.

Hablo, ¡por fin!, con Paco Torreblanca tras el veredicto y, sin saberlo- quizás lo intuía-,  con la ganadora del mejor postre de café. Una chica muy linda con carita de jazmín que se emocionó mucho con su acento guatemalteco cuando subió, ya por la noche, a recoger su galardón.  Destilaba sensibilidad. He aquí su creación: Belga ale, las texturas de chocolate con café Nespresso, regaliz, cacao, aceitunas y toffe.  Su compañero argentino, ergo más locuaz, Víctor Tochi, chef del restaurante Les Magnolies de Arbúcies ( Girona) puso el  listón muy alto y por ello se llevó el primer premio: Gin tónic con matices cítricos y herbáceos, plátano asado con guisantes, infusión de croissant y crema helada de café Nespresso.

Paco, escultor de un arte muy, muy efímero, maestro pastelero reconocido internacionalmente desde 1990, creador de esa  “lujuria gastronómica”  que abarrota el obrador de Totel, repostero real, o casi,  me cuenta  en qué consiste su colaboración con enfermos de Alzheimer. Le aplaudo el gesto. El  abuelo de mis hijos  solo puede salir del no-espacio-tiempo en el que está inmerso desde hace años con un poquito de azúcar en boca. ¡El paladar tiene razones que la razón no conoce! Por la noche recibirá un homenaje y el Premio Pierre Gagnaire  de manos de Xano, Jordi y un público que animó la noche de la Sala Capell hasta que se acabaron los gin- tónics ( ¡¡¡ hay alguien que pueda servirme otra cosa, por favor!!!! Odio la ginebra).

Los ganadores se llevan un montón de cosas ( libros de Montagud Editores, estatuillas, cursos en Espai Sucre, cursos en la escuela de Pierre Gagnaire en París, viajes a Suiza para los que hayan dado en el clavo con los postres elaborados con Nespresso, y algún que otro elemento de utillaje y maquinaria de los patrocinadores  que desconozco totalmente porque yo no pasé de hacer un bizcocho con un bote de yogur. En cualquier caso, tanto Paco como Philippe, me dicen que este año la “cosecha ha sido muy  buena”, el nivel altísimo, la creatividad a raudales, la exquisitez por encima de todo.

El carro de las tartas y la  carta de helados tienen los días contados.


1 comentario
Salvador

octubre 26, 2011 @ 18:36

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Pues muchas ghracias, Inés, y además es un placer leer tu blog en el que a b uen seguro aprenderé muchas cosas. De momento te incluyo en mis «recomendables». Un cordial saludo.

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Por Ines Butrón
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