Los restaurantes de hotel están de enhorabuena. Sus renovadas apuestas gastronómicas y sus acertadas campañas de comunicación para darse a conocer han permitido que muchos ciudadanos de Barcelona se asomen por los hoteles si ser sus huéspedes. Hasta hace poco casi nadie ponía un pie más allá de un hall si no se alojaba en él, aquella sensación de ser un intruso hizo que olvidáramos a las cocinas de hotel por considerarlas exclusivas o, simplemente, mediocres, en comparación al nivel que los restaurantes adquirían fuera de sus paredes. De un tiempo a esta parte, sin embargo, todos tenemos en mente hoteles a los que hemos ido a tomar una copa, terrazas en las que hemos disfrutado del verano, de un relax incomparable, observando la ciudad desde las alturas, hoteles en los que hemos tomado desayunos memorables como si tuviéramos por delante tres vuelos intercontinentales, o hemos gozado de cenas con estrellas Michelin en un ambiente de confort y elegancia que sólo los grandes hoteles pueden ofrecer.
En esta nueva ola de grandes restaurantes de hotel se enmarca el City Restaurant, cuya cocina dirige el chef Alberto Vicente, tras su paso por Petit Comité o las cocinas del Majestic. El Grand Hotel Central de la Via Laietana apuesta por una cocina de alto nivel, de platos elegantes, confortables, como todo el espacio en el que se ubican, pero claramente mediterráneos, con productos del país, en los que los comensales de la ciudad se sientan reconocidos y los de fuera puedan tener una visión perfecta de nuestra gastronomía. Tanto el menú de mediodía ( 22’50 euros) como la carta se nutren de productos de temporada para elaborar una cocina de mercado puesta al día con apenas unos toques de técnica perfeccionada, con guiños a la tradición sabiamente reinterpretada y sin perder un ápice del sabor y la esencia.
Como ejemplo de todo ello, el chef Alberto Vicente escogió un menú en el que se combinaban los ingredientes de la estación en elaboraciones que permitieran apreciarlos, sin enmascarar, demostró cómo la delicadeza de las presentaciones, la estética, ha de estar al servicio del gusto y no al revés, jugó la baza del sabor intenso cuando convenía, mostró la validez de un recetario clásico y acabó con una muestra de alta repostería con la que cerró el círculo.
El primer entrante era un pequeño canelón frío, una delicada forma de comer bogavante y aguacate, con unas perlas de yuzu- un suave toque cítrico- y una combinación de brotes que sugerían más frescor, si cabe. Fácil, atractivo, agradable en sabor y textura.
El segundo entrante, crema de espárragos de Gavà con huevo a baja temperatura y foie, suponía la entrada en la primavera catalana con una de las joyas de sus huertas. Aún no siendo muy amante de los espárragos, me pareció una buena combinación de elementos cremosos y crocantes, una correcta decisión de cara a un in crescendo de sabor.
El arroz es siempre un caballo ganador. Sobre todo si lo combinamos con múrgules ( colmenillas) que son las setas de la primavera por excelencia. Buen punto de cocción, cremosidad, gamba muy fresca sin apenas cocción, sabor a fondo bien concentrado.
Le siguió uno de mis platos favoritos del menú: albóndigas con peras. Un plato que recuerda al clásico del pato con peras, mil veces escrito en todos nuestros recetarios desde el medievo hasta ahora. Inigualable por la combinación del dulzor de la fruta con la carne, delicioso por la aportación del foie y las avellanas, una fina y sedosa crema de peras, más otra más pequeña en forma de guarnición ad hod.
Tras esta receta «del territorio», pasamos a un postre sofisticado. Hasta donde yo recuerdo, había una esfera de chocolate que todos rompimos muy a nuestro pesar, para encontrarnos con un bizcocho de te matcha, gelatina de naranja, petas zetas y algo de crema inglesa. Un postre redondo, y nunca mejor dicho.
En general, City Restaurant me pareció de esos pequeños oasis de calma y buena cocina que uno necesita de vez en cuando, sobre todo cuando ha de pasar un día en una ciudad que se queja del «espacio que le comen los turistas». Tal vez compartiéndolos, se haga todo más llevadero:)
The City Restaurant
Gran Hotel Central
Via Laietana 30, Barcelona
