No, esta no es la famosa Barraca de Blasco Ibáñez, aunque todo gire en torno al arroz. Este es el restaurante marinero de la Tribu Woki, un grupo de personas, amantes de la gastronomía y la restauración, que iniciaron su andadura empresarial hace casi 10 años apostando por el producto ecológico y de proximidad. En otras ocasiones ya os hemos hablado en este blog de algunos de sus establecimientos, como el Woki Orgánic Market, un pionero en este tipo de tiendas especializadas en producto bio.
Pero ayer jueves, día del arroz por excelencia, nos fuimos hasta La Barceloneta para comprobar la vitalidad de este establecimiento en su cuarto año de andadura y, por qué no, disfrutar de un menú marinero y de las increíbles vistas sobre la playa de san Sebastián aún en días tristones de febrero.
Ezequiel, nuestro anfitrión de esta pacífica tribu nos recibe en un rincón del comedor con un menú pensado para la ocasión. Si habéis estado por allí ya sabréis que el interiorismo no es nada pretencioso, ni lleva la firma de los habituales decoradores del mapa gastronómico barcelonés. De la misma manera que la carta se basa en la sencillez y la calidad del producto fresco, el comedor está montado a partir de un mobiliario hecho con materias naturales- maderas claras, mimbre, cerámica- y la cocina está a la vista, con lo cual el ambiente es de tranquilidad absoluta, de relax y distensión. Si, además, se tiene la suerte de estar sentado cerca de los ventanales, el mar hace el resto.
Empezamos degustando una cazuela de mejillones y berberechos abiertos al vapor con unos ajos y un poco de guindilla apenas perceptible que siempre funcionan como entrante. No tardaron mucho en desaparecer de la mesa, acompañados de un blanco DO Somontano muy aromático- 12 Lunas- y un vino del Priorat con un nombre de lo más sugerente: Formigues de vellut. Lo mismo ocurrió con la fritura de calamares ( muy bien fritos y muy frescos) con salsa tártara y los buñuelos de bacalao, aunque en alguno hubiera un punto excesivo de sal.
Como no podía faltar una ensalada, llegó una combinación que nunca falla: rúcula, burrata, tomate seco, tomate natural ( sin piel ni pepitas) y piñones tostados. Yo no hubiera puesto este último en pleno invierno, porque se tienen todos los números para que la hortaliza en cuestión sea de lo más insípida y hubiera agradecido algo más invernal ( rabanitos, escarola, apio, hinojo, céleri, etc), pero como la burrata y un buen aceite de oliva lo engrandecen todo, solapó a un tomate que no «tenía un buen día».
LLegaron entonces los arroces, secos, en paellera de hierro, de los que se lleven ovación y vuelta al ruedo: el clásico de marisco, el de pulpo con algo de allioli y el de verduras ecológicas. Por aclamación popular, el de pulpo se llevó la palma. Ya se sabe, entre un bróquil y un pulpo de intenso sabor hay que ser muy, muy vegano para no quedarse con la segunda opción. Pero para gustos….
De postre, sorbete ochentero «pá bajar el arroz». Aunque lo mejor en estos casos es continuar a pie por la playa de la Barceloneta y no darse más golpecitos de pecho, que ya llegará la Cuaresma.
PASSEIG MARÍTIM BARCELONETA, 1
08003 BARCELONA
TEL.: (+34) 93 224 12 53
TEL.: (+34) 633 241 253
L – D:
13:00 – 23:30 H