Pita. Sólo con nombrar esta palabra se me hace la boca agua. Adoro este tipo de pan y hacía bastante tiempo que no comía uno tan bueno en Barcelona, tras años de dejar de sentarme en un griego que pasó a la historia. La pita, para quienes no lo sepáis, es un pan presente en varios países de Oriente Medio, levemente fermentado, y se suele acompañar de carnes, sobre todo cordero, ternera y pollo- obviamente- , multitud de verduras y hortalizas, especias, y algunas salsas típicas de cada país donde se utiliza. En este caso, los «creadores » de Parking Pita (sí, habéis deducido bien. Son los mismos que los de la exitosa Parking Pizza) hallaron inspiración para su local en Berlín, pero bien hubieran podido ir al Líbano, a Turquía o a Grecia y comer este delicioso pan, el fast food de Oriente Medio, la comida callejera por excelencia en esta parte del mundo.
Pero, al igual que una pizza- de esto último ya sabemos que entienden bastante- puede ser una maravilla culinaria o una bazofía de supermercado, una pita puede un engrudo de carnes sospechosas o algo exquisito, dependiendo de la calidad de los ingredientes que se empleen. Para mi gusto, estas son, en este momento, las mejores pitas de Barcelona: están cuidadas hasta el último detalle, son muy sabrosas, todo lo que incluyen está perfectamente pensado para que armonice bien, algunas, incluso, como la de boeuf bourgignon son sorprendentes por la laboriosidad del plato del que están compuestas- acordáos que esta es una gran receta clásica de la cocina francesa, un estofado con sus largas horas de cocción- y, encima, la relación calidad precio me parece perfecta. Incluso, me asombra, teniendo en cuenta la ciudad donde vivo.
Parking Pita comparte el enorme espacio de Parking Pizza en la medida que son locales contiguos y comunicados, pero tiene una entrada propia. Como el anterior, el segundo restaurante que esta pareja abre en Barcelona dedicado a la estrella de la cocina italiana, es un enorme lugar con aires de loft, poco atiborrado de detalles, algún toque industrial sobre fondos grises, paredes neutras, realzando la cocina a la vista del comensal y la larga mesa comunitaria dentro de cuyos taburetes se pueden dejar bolsos y enseres que molestan en este tipo de restaurantes pensados para comer relativamente rápido.
Su carta, obviamente, no es muy amplia, pero todo lo que hay merece la pena. Es fresco, está lleno de matices de sabor- adoro las verduras especiadas- , y nos aleja de los estereotipos y los prejuicios. La cocina de Oriente Medio es saludable y deliciosa como pocas, compartimos muchas de sus técnicas e ingredientes, pero no la valoramos porque arrastra demasiados estigmas que ahora no es el momento de comentar.
Entrantes:
Falafel
Patatas fritas, salsa Harissa
Hummus
Puerro Asado con pimentón
Latke de Calabacín
Coliflor asada con tomillo y curry
Berenjena ahumada
Pitas:
Kebap de Cordero
Falafel
Ternera Ras el Hanout y Curry
Pollo Eco Tandoori
Dulces:
Yogurt griego con miel picante
Baclava (dulces libaneses)
Trufas curry
Cómo veréis, estamos en otro ámbito gastronómico que el que nos ponen a tiro en los Kebab habituales. Parking Pita os permite comer bien, de una manera informal, en un ambiente joven, y por un presupuesto de entre 15 y 20 euros, lo que lo hace un lugar ideal para comer o cenar un día cualquiera con amigos, o en solitario, si estás en medio de tu jornada laboral. En cualquier caso, su oferta es atractiva, sugerente y distinta. Pero lo mejor es que está muy, muy buena.
Por cierto, no olvides dejar un rinconcito para probar uno de sus postres.
PARKING PITA
Passeig de Sant Joan 56
08009 Barcelona
93 231 54 99