Hoy hacemos arroz de bacalao, pero mejor que el de la canción de Lolita:)

Muchos de los arroces que verás en este blog son improvisados. Es lo que yo llamo “el arroz de la nevera”. Son recetas de aprovechamiento puro y duro. Si queda algo de carne, se añaden verduras y setas y se hace un arroz de montaña, si quedó pescado del día anterior,  uno marinero; si hay puntas o recortes de bacalao, uno de mis preferidos: el arroz de bacalao con cualquier verdura y algún toque herbáceo.

Casi todos mis platos acaban con alguna  hierba aromática. Tengo un buen número de ellas plantadas en casa y me guio por su temporada y por mi intuición a la hora de usarlas. Las hierbas lo cambian casi todo: con un poco de romero, el cordero se engrandece; con un tomillo seco , un poco de pan seco y huevo, una sopa maravillosa,; con hierbabuena, un plato de fideos y pescado azul para chuparse los dedos. Aprende a conocerlas y no tengas miedo de usarlas, sólo aportan sabor y mil propiedades saludables, así que deben ser tus aliadas en la cocina.

Este arroz de hoy es el resultado de una compra previa y su aprovechamiento total. Yo suelo quedarme la pieza de bacalao entera, de manera que luego entresaco de ella los cortes que me hacen falta para las recetas que voy  a preparar. El lomo y las pencas son los más habituales porque sirven para casi todo, pero las puntas y los recortes de los laterales donde hay espinas nunca hay que desecharlos. Sirven para ensaladas, croquetas, buñuelos o, simplemente, si pules bien los pedacitos,  puedes echarlos en un arroz maravilloso que, además, tiene como fondo el agua de hervir bacalao con verduras.  ¿Complicado? En absoluto. Sólo  es el resultado de un poco de organización y sentido común, previsión, ganas, en definitiva, de comer lo mejor posible sin desbordar el presupuesto.

Anímate, pues, con estos arroces básicos.  Vive el verano alrededor de una paellera!