Hoy nos decantamos por el bogavante. ¿ Acaso hay algo más sensual que un buen marisco? Es uno de los crustáceos  más deseados, junto con las langostas y, últimamente, de los más maltratados por la masiva llegada de bogavantes de dudosa calidad. Hay bogavantes canadienses en su gran mayoría, pero muy pocos del Mediterráneo. Se suelen diferenciar por el color, más azulados los primeros, pero sobre todo por el sabor a mar, mucho más intenso en los que viven aún en el agotado Mare Nostrum.

Sin embargo, un buen bogavante es un acierto seguro para una cena especial, una cena para dos. Con un poco de mimo, seguro que puedes elaborar una receta excelente.

Y es que seguimos en modo romántico, buscando  más ideas para las cenas de San Valentín. Esta vez, una receta aún más fácil para seducir, para disfrutar del marisco de una forma vistosa, pero sencilla, para gozar de un buen producto en una ocasión especial, para comprobar como lo frugal es, a,veces, lo más apetecible.

A este bocado exquisito del mar en forma de bogavante, rojo y vistoso, tremendo en el interior de su gran caparazón y sus majestuosas pinzas, le hemos añadido  unas notas de océano en forma de algas esferificadas de Naturalviar y unos detalles florales y frescos con productos de Germinarte. Te adorará seguro:) Ya nos contarás….o no:)