Pisto manchego, la alboronía morisca, la sanfaina catalana, el tumbet mallorquín, la  ratatouille provenzal.……… Platos casi idénticos que apenas tienen  leves variantes en el uso de las verduras o  las hierbas aromáticas, en  su preferencia por la  fritada o el horno, pero todos tienen la misma intención: preparar un sabroso plato a partir de las verduras y hortalizas que da la huerta, sobre todo en los meses estivales.

Preparar un pisto es tener la base para una infinidad de platos. Puesto que podemos preparar una gran cantidad y conservarla en el congelador o en botes herméticos de la forma tradicional, vale la pena, cuando las hortalizas como el tomate, los pimientos, las berenjenas o los calabacines están en su mejor momento,  aprovechar para  cocinar  por adelantado este sanísimo plato y  dar salida a recetas  deliciosas en un plis-plas.

En un guiso de patatas y longaniza o chorizo, en una tortilla, para aderezar una pasta, para preparar el famoso bacallà amb sanfaina, un conejo o pollo, para rellenar una estupenda empanada de pisto y queso de cabra, etc, etc. Cualquier cosa que merezca un relleno o acompañamiento de todo tipo de hortalizas y una buena salsa de tomates especiada al gusto es susceptible de ser un pistoplato.

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