Es el momento de esplendor de las uvas. No te descubrimos nada, en realidad, lo estás viendo por todas partes: las vendimias en pleno trajín, las fruterías y los mercados llenos de uvas negras y blancas, etc, etc. pero estos hermosos racimos no sólo sirven como postre o como base de un buen vino, sino que también las uvas tienen aplicaciones en la cocina salada. Por eso, hoy, ponemos en marcha un plato de carrileras con salsa de uvas muy acorde con la estación.
Porque, ya lo veíamos diciendo en estas últimas semanas. Como el paisaje, nuestra cocina va cambiando hacia un tipo de guiso más denso, oscuro, intenso, otoñal. Apetecen las recetas que tiene tonos marrones, ocres, dorados, los platos que mezclan las frutas dulces del otoño con los jugos de las carnes que se enternecen tras horas lentas de cocción, en lumbre suaves que cuecen con paciencia.
Esta temporada está siendo una época de grandes descubrimientos, estimulante en todos los sentidos. Por una parte, desde que me regalaron la sartén De Buyer los amigos de Lecuine.com, no paro de preparar recetas con esta sartén de hierro, profunda, que permite la conducción del calor de una manera uniforme, regular. Os acordáis de estos tallarines frutti di mare?
Después conocí a José Luís Todó, de la empresa Donum Deus, que comercializa una carne de caza de cabra hispánica salvaje, con la que estoy disfrutando mucho, pues pone a mi alcance un producto muy exclusivo, único en todos los sentidos, que quizás no hubiera probado de otro modo. Hace poco empecé presentándoos estas croquetas de setas y paté de cabra hispánica:
Entonces se me ocurrió lo más obvio: que debía preparar un fondo moreno a partir del costillar de este animal de caza mayor ( con un profundo sabor a monte, limpio de grasa), con el que después guisaría unas carrilleras de cerdo ibérico deshuesadas con la fruta más otoñal, es decir, la uva negra. Hacía muy poco, por otra parte, que nos habíamos comido una deliciosa coca de cebolla caramelizada con sardinas y uvas:
Obviamente, lo regaría todo con vino negro en una sartén De Buyer lo suficientemente ancha y profunda como para absorber poco a poco la salsa en la que cocerían lentamente mis carrilleras.
En resumen, una receta asequible, de técnica fácil, muy de temporada, que paso a explicaros para que los olores y los colores del otoño entren por la ventana de vuestras cocinas. Ya me contaréis:)
Ajose
septiembre 29, 2016 @ 09:17
para sentarse y no levantarse de la mesa
Ines Butrón
septiembre 29, 2016 @ 11:57
Bueno, eso está bien. Cuando hay un buen plato y un buen vino tiene que haber una larga sobremesa. Un saludo.