Fideos con albondigas

No sé cuántas cazuelas de albóndigas habré hecho durante toda mi vida. Probablemente es el plato que más se come en esta casa durante el invierno, y, probablemente, es el plato que más improviso y del que nunca recuerdo la receta, simplemente,  porque no la tengo.  Esta cazuela de albóndigas es, literalmente, un plato de aprovechamiento.

Lo he dicho mil veces y lo repetiré hasta la saciedad: poner una olla o cazuela al fuego es la manera más fácil, ecnómica y sana de dar de comer a mucha gente. Normalmente solemos complicarnos la vida buscando ingredientes para hacer recetas siguiendo al pie de la letra lo que nos dictan los recetarios de aquí y de allá, y, normalmente, nunca nos salen igual y perdemos tiempo y dinero queriendo imitar a otros.

La cocina, sobre todo, la cocina doméstica, la de diario, la que alimenta a nuestras familias, debe ser sencilla, comprensible, suculenta, confortable y, sobre todo, económica, por lo que hay que aprender a aprovechar todo lo que tengamos en la nevera, el congelador y la despensa  a partir de lo que guardamos en ella. Una despensa es un fondo de armario, un arsenal de cosas básicas e imprescindibles con las que sobrevivir aún en el peor de los casos.

Las recetas son , pues,  tan son sólo sugerencias apara aprender a alimentarse bien con lo que se tenga a mano. Naturalemente, si compras productos frescos y de temporada tienes más posibilidades de encontrar buenos productos a buen precio. A partir de ahí, pon en marcha tus gustos, tu imaginación y tus recursos para sacarles partido.

Esta cazuela de albóndigas es el resultado de todo ello: tenía ( tengo siempre en el congelador) caldo de pescado hecho por mí a partir de cabezas, espinas y demás restos, algunas gambas o gambones que pueden ser frescas congeladas por mí o, directamente, congeladas ( no hay que ser tan tiquismiquis para comer bien a diario), carne picada o alguna butifarra,  hortalizas  para un buen sofrito y un paquete de  fideos que incluían setas variadas deshidratadas. Con todo ello y poco más, he preparado esta cazuela de albóndigas, un mar y montaña sencillo, caliente y apetecible en estos días grises de otoño.

Te cuento como lo he preparado yo, pero seguro que tú le darás tu propio toque cambiando gambas por almenjas, poniendo una sepia, haciendo albóndigas con otras carnes o pescados, añadiendo guisantes o alcachofas, hierbas y especias, azafrán o pimentón, romero por tomillo, cambiando fideos por arroz o patatas, sustituyendo las setas por un pimiento morrón o unos espárragos, etc, etc, etc. !Siéntete libre en tu cocina!

Fideos con setas, gambas y albóndigas