Empezar la semana con una ensalada templada de guisantes es una buena manera de darle el pistoletazo de salida a nuestro menú semanal con una buena dosis de energía y color. La comida tiene que entrar por la vista y, si nos proponemos comer sano, o,  mejor aún, cambiar nuestros hábitos para perder algo de peso no hay nada peor que entristecerse delante de un mustio plato de acelgas mal cocinadas.

Los guisantes, legumbre primaveral por excelencia al igual que las habas, empezarán a desaparacer de nuestro pequeño huerto en cuanto el calor se apodere de él y por ello hemos querido aprovechar los últimos que teníamos para preparar esta ensalada templada de guisantes a la que hemos incorporado, como no podía ser de otra manera,  algunas hierbas aromáticas – hierbabuena y tomillo- y unas flores de verbena ( es hora de empezar a investigar con las flores comestibles), más una vinagreta muy simple que armonizara bien sin quitarle protagonismo a los ingredientes básicos de este colorido y refrescante plato.

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Ya sabéis que los guisantes y las habas se van endureciendo a medida que crecen de tamaño, por lo que, normalmente, se suelen comprar los más minúsculos, como los apreciados guisantes lágrima del Maresme. Pero, si podéis permitiros tener en casa un pequeño huerto,  comprobaréis que, a veces, no es necesario tener a mano los productos más caros para obtener calidad y buen resultado. Cualquier cosa  cocinada a los pocos minutos de ser recolectada es infinitamente mejor que lo que compréis en cualquier tienda, por cara que sea. Esto ocurre sobre todo con  los guisantes, que tienden a endurecerse en la nevera a las pocas horas de sacarlos de la vaina. Un guisante crecido en casa, recién cogido de su mata,  está tan sumamente tierno que iguala a los mejores que os podáis imaginar. Incluso  las habas nos han dado un resultado excelente, amén del placer de verlas crecer en tu propia casa. Por poneros un ejemplo: las habas y los guisantes que veis en esta foto han sido cocidos a la inglesa en la misma cazuela por un tiempo no superior a 4 minutos!

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Incluso se ve como alguna de las habas que vosotros descartaríais por ser demasido gruesa, tras esa corta cocción a la inglesa  (recordad que el gua debe hervir a borbotones, debe contener un buen puñado de sal y se ha de cortar la cocción en agua con hielo para fijar el color y la textura) prácticamente ha empezado a abrirse porque ya se ha reblandecido lo suficiente.

Os contamos, pues, cómo preparar esta ensalada templada de guisantes y habas que nosotros llamamos la ensalada de guisantes del jardín. Rodeaos de plantas y flores aromáticas, vuestra cocina os lo agradecerá y sentiréis como la primavera se instala en vuestra mesa perfumándolo todo:

Planta tu propio jardín y decora tu propia alma, en lugar de esperar que alguien te traiga flores.

Jorge Luis Borges