¿Cuántas veces os habréis preguntado «qué hago yo ahora con este pollo«? ¿Otra vez croquetas, ensalada, bocadillos? Bien, muy bien! Porque, de entrada, nunca hay que tirar nada comestible a la basura, ni es ético, ni es de sentido común. Lo hemos comentado muchas veces: la cocina de aprovechamiento es aquella que pone a prueba tus recursos como cocinero para dar una nueva vida a los alimentos que te hayan sobrado. Es, por tanto, básica para tu presupuesto familiar y muy enriquecedora desde el punto de vista de la creatividad culinaria, pues, seguro que se te ocurrirán cosas deliciosas a partir de elementos que ni te imaginabas que pudieran dar tanto juego.

IMG_0766

El pollo es uno de esos alimentos comodín- quién no tiene en casa muslitos, pechugas, un resto de pollo asado– que siempre están ahí para hacernos descubrir sus posibilidades. Como gusta a todo el mundo, cualquier preparación que se te ocurra va a ser un éxito. Lo mismo ocurre con las setas. Yo siempre tengo en mi despensa, aunque no necesariamente frescas. Pueden estar congeladas, deshidratadas o, simplemente, en conserva. Son un «actor secundario» de primera para montones de recetas. Engrandecen un plato, le dan ese toque de distinción y sabor que buscabas. Y qué decir de una buena salsa creada a partir de una mahonesa. No en vano son una de las grandes salsas madres que hay que dominar:) Con estas tres premisas y dicho esto, os explico cómo hacer un pastel frío o terrina exitosa con sobras de pollo de otras ocasiones y ya me contaréis. Ahora que viene el calor y nadie tendrá ganas de andar entre fogones, os será muy útil una receta como esta preparada con antelación y guardada en la nevera para cualquier ocasión.

pastel de pollo muy bien