Imagen: viñedos riojanos. http://recreatuviaje.com/muga-vino-espanol-popular-ee-uu/
La primera vez que probé unas patatas a la riojana fue en Haro, en plena Rioja y en pleno agosto. Yo no puedo pisar un lugar desconocido y no quedarme con algo de él en el estómago. Es imperiosa necesidad para mí catar el plato más tradicional de la tierra que piso, aunque estemos a 40º y haya que recorrer aún muchos kilómetros camino de Lugo. Pero entonces tenía muchos años menos y mi estómago era una máquina de precisión suiza que funcionaba a la perfección. Podía comer lo que quisiera a la hora que quisiera y no acabar, como contaba Julio Camba, como una anaconda panza arriba, haciendo la digestión durante días. Juventud, divino tesoro!
Este es, pues, un plato recio, humilde. De hecho, es un plato invernal y de cuchara, de matanza reciente y con productos de la tierra: unos buenos chorizos, patatas, pimientos choriceros y poco más. Porque este es un plato de cocina popular, labriega, de gentes que pasaban horas en las huertas, los viñedos y los caminos.
Casi con los mismos ingredientes, se hacen infinidad de platos. Hay tantas variantes como pueblos y gentes. La patata tardó en hacerse un sitio en nuestros recetarios , pero, finalmente, pasó de ser alimentos para cerdos a mezclarse con ellos en las perolas. Lo mismo ocurrió con los pimientos y pimentones. Hasta que los monjes Jerónimos extremeños no los cultivaron en sus tierras de Yuste , aprendieron a ahumarlos, a extraer el valorado pimentón de la Vera ( con ese sublime toque ahumado), no hubo en la Península ni rojizo chorizo ni pimiento del mismo nombre que llevarse a la boca.
A nosotros nos encantan todos los platos rojizos, brillantes y sabrosos de la gastronomía española en su conjunto, son como el sol en el plato., el estallido interior de la lumbre que calienta y reconforta. Preparados con chorizos y pimientos secos, ya sean ñoras o pimientos choriceros, todos convierten las cosas más sencillas en sublimes construcciones gastronómicas ( para ejemplo, el botón del romesco catalán).
Imagen: xató. Receta de Atable.es
En verano, en cambio, cambiamos el chorizo, y algún detallito más, por un buen bonito de temporada, y nos damos el gran gustazo de un marmitako , que debe su gran potencia de sabor en buena parte a la misma carne de pimientos choriceros con los que hoy preparamos nuestras patatas a la riojana.