El solomillo con salsa  es un clásico de todas las cenas navideñas. Normalmente no solemos comprar esta pieza de carne porque su precio suele ser elevado, tanto si la compramos de ternera, de buey o de potro ( no pongáis esa cara, es una carne muy recomendable para personas con anemia, ancianos y niños).  En algunas ocasiones lo que sí que os hemos presentado son solomillo con salsa de queso u otras variantes, pero suelen ser de cerdo, ibérico o blanco, una muy buena opción si no hay presupuesto o gusto por la carne roja.

Solomillo al Cabrales y pimientos de Isla

Solomillo con salsa de moixernons y queso de cabra payoya

Cualquiera de estas opciones es válida si queremos presentar como plato principal una receta de carne fácil, pero muy sabrosa.

Pero, nosotros hoy hemos optado por unir tres ingredientes que son la clave del éxito de este plato: la mejor pieza de la ternera, unas setas inigualables en sabor y perfume y un trozo de foie gras que es mi perdición. No suelo comerlo tanto como quisiera, y suelo comerlo más de lo que debiera. Su elevado precio y número de calorías ponen mi hígado al límite desde que ya no tengo vesícula, pero os lo recomiendo si no tenéis ningún problema de salud que os lo impida. ¡Viva el pato, la oca y todos los plumíferos del Languedoc Roussillon! ( que es de donde viene este foie gras:)

En cualquier caso, el objetivo de este post no era ni alarmaros ni explicaros mis achaques, sino daros una idea fácil para que vuestros comensales navideños os saquen por la puerta grande sin currar demasiado en la cocina. Os lo explico y ya me contaréis los resultados. Buen provecho!