El Tête de Moine  AOP o cabeza de monje es uno de mis quesos favoritos. Precisamente, uno de los viajes más bonitos que he hecho nunca, una ruta gastronómica que siempre recomiendo, fue a la abadía de Bellelay, en el Jura suizo. Allí descubrimos esta historia mil veces contada del queso cilíndrico, elaborado con leche cruda de vaca que los monjes guardaban celosamente en sus bodegas para que madurasen lentamente, pero siempre había un espabiladillo que se acercaba por la noche y, con la misma cuchilla con la que se dejaban la testa monda y lironda, le iba arrancando al queso unas lonchas muy finas que parecían rosetas. De ahí que el Tête de Moine lleve incorporado una girolle, esa máquina que hace girar un afilado cortador que imita al original modo de servirse un pequeño resopón premaitines.

Con este queso suizo de tan peculiar aspecto y sabor vamos a preparar hoy una receta en diez minutos! ¿Crees que es sólo una frase hecha para que leas el resto del post? Pues esta vez te equivocas. Esta sopa fría de calabacín, menta, una cucharada de yogur y su bonita flor de Tête de Moine  necesita tan solo diez minutos para estar lista. Si la dejas un par de horas en la nevera, evidentemente, estará más buena.

crema calabacin perfecta

Y es que ha llegado ya el momento de empezar a sacar el vaso americano para atiborrarnos de frutas y verduras que nos comeremos frías o templadas, pero que serán la base de nuestra alimentación veraniega. Formarán parte de nuestros entrantes o serán el centro de nuestras cenas. Con un poco de imaginación, un vaso americano y un dedo para ponerlo en marcha tenemos una fuente inagotable de buenos beneficios nutricionales y gustativos. A partir de ahí, crea tus propias sopas con los ingredientes que más os gusten y los complementos que tengas en la nevera. Te sorprenderá lo que puedes llegar a conseguir con una buena sopa fría