Todavía hacía frío en esas fechas; posiblemente había nevado hacía pocos días y quedaban pegotes de nieve sucia por las aceras. Andar con tutú de bailarina por entre el hielo tenía sus riesgos; las hadas madrinas llevaban las varitas congeladas y los piratas tenían el bigote pintado con mocos.
Las tortillas se quedaban rígidas como mojamas, feas y arrugadas entre los estuches y las libretas, se caían en el patio medio envueltas en el papel de plata y los gorriones las picoteaban. ¿De cuántos huevos? De tres; poquito hecha y un trocito de butifarra d’ou. A mí, de bacalao y pimiento verde, bien pasadita; y una coca de llardons con mucha azúcar.
En este agujero frío, la televisión en blanco y negro nos muestra un Río do Janeiro con sambódromos llenos de culos orondos que se mueven frenéticos como si quisieran desatarse de sus caderas. Olvidaron la feijoada por un día y se llenaron de purpurina y sudor los cuerpos. Venecia, en cambio, tiene una languidez aburrida; las góndolas se mecen entre los canales putrefactos y miran a la luna de un Pierrot algo bobón, de helado de nata. Me inclino por el Feroz Apetito de Casanova, sus caretas, sus trufas y sus ostras en olor a santidad lujuriosa. Tenerife levanta sus plumas de pavo real cebado y las pequeñas reinonas que no comen gofio sonríen enterradas en pedrería. ¡Denle una tortita de calabaza a mi niña antes de que se desmaye de orgullo!
El Cocido do Entroido huele y sus vapores suben por el patio de luces hasta el quinto cuarta de este bloque de pisos sin ascensor, en esta avenida de virgen desconocida, porque los vecinos de Ourense trajeron lacones, chorizos ahumados en lareiras y un poco de unto para este día.
Mi madre contraataca con tortillitas de camarones y abomina de la manteca y sus condumios. Aquí no hay esteros, mamá, ni tagarninas, ni piñones, ni ostiones. El frío de este Carnaval no ha dejado caliente más que la sangre del cerdo que aún chorrea en las morcillas, butifarras y filloas. El año que viene iremos a Cádiz…..
El jueves lardero se teme lo peor. La Gula y la Lujuria tienen los días contados. Del tocino, al bacalao; del pote, al garbanzo por la vía del arrepentimiento. ¡Vengan de nuevo las caretas, los esperpentos, la corruptela y la furia de los endocrinos caiga sobre vuestras cabezas! ¡Flagélate con ristras de pastillas para el colesterol, diuréticos, laxantes, insulina en vena, pecador! ¡Reconoce que adoraste al diablo en una orgía porcina! Reconoce que leíste Martes de Carnaval antes de tiempo, que soñaste con escribir una Comedia Bárbara.
Don Carnal es vencido por Doña Cuaresma para mayor gloria de la Santa Madre Iglesia, que ruega por nosotros y nos envía sardinas y pescado seco. Cocas de recapte, arengades, Guardias Civiles envueltos en papel de periódico y aplastados con muy mala ostia contra el quicio de una puerta para que suelten las escamas. A su verita, un poco de pan con tomate, chorrito de aceite de oliva y aceitunas de Aragón.
Mamá, no se te ocurra irte ahora que estoy haciendo un potaje de chismitos y me prometiste que este año iríamos al Teatro Falla.
atable
marzo 8, 2011 @ 11:11
Una verdura silvestre que se usa en potajes o tortillas. Había muchas en La Palmosa.
maillot de foot
abril 20, 2013 @ 00:40
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