De qué la quieres, nene?

Tienes  berenjenas?.  No,  de atún….., bueno…., mejor de  calabacín, cebolla y queso, muy blandita.

También tengo champiñones, o de espárragos con jamón.

Lo que te vaya bien.

Y una ensaladita de pimientos?

De tomate, mejor. Con poco ajo y mucho orégano.

Imagen:http://www.flickr.com/photos/ionruiz/2800193087/in/photostream/

Tintineó la vela de vainilla, esa que ella compra en la tienda de los suecos, y casi se apaga, pero él se levantó presto, de paso que iba al congelador y ponía el cava unos minutitos en el cajón de arriba. Se oyó una llamada de última hora.

Tu madre!!!!!

Dile que estoy en la ducha!!!!! Que la llamo mañana.

Se oyó una petición de última hora.

Mamaaaaá!!!! Hay un mosquito!!!!

Ya voy!!!!!

Dejó el tenedor, apagó el fuego, tapó la cebolla para que pochara con calma, se limpió las manos en el delantal, acudió rauda y asesinó con golpe certero de trapo de cocina. Apagó la lamparita de la tienda de los suecos donde ella compra las cosas de los niños.

Se vio una palita de plástico amarilla flotar en el agua de piscina de plástico azul  y él la recogió, la añadió al  rincón del cubito, la Barbie sirena-despeinada y la tortuga termómetro.

Cortó una chiapatta con cuchillo de sierra para el pan que él compra en la tienda de los suecos cuando ella no quiere más velas ni cojines. Abrió una paletilla como si llevara un lazo y exhaló olor a bellota y recebo. Presumió para sus adentros. Escogió, de una ristra  de tomatitos, un par bien maduros.Los frotó  en el pan a la catalana manera ( del centro a la corteza, de la corteza al centro, hasta despellejar el tomate), los colocó en forma de abanico en una bandeja de la lista de bodas con borde amarillito y los bendijo de arbequinas licuadas.

Todo listo. Más velas de vainilla.

Ella le sirvió la tortilla del verano, la jugosa, la sensual tortilla de verano. Se quitó el delantal, se subió el tirante, le sirvió la babosa tortilla de verano, resbaló en el plato la tortilla de verano con dos susurros y un sorbito.

Se apagaron las velas y se encendió un balcón que olía a huevos revueltos.