¿Por qué las grandes sopas tienden a desaparecer de las cartas de los restaurantes? Y lo que es peor, ¿Por qué desaparecen de nuestras casas los platos de cuchara, las humildes sopas de pan y verduras, las cremas reconfortantes? En general, les tenemos miedo y las miramos con un montón de prejuicios: son difíciles, largas, costosas, calóricas, bla, bla, bla.. Tonterías! No todas las grandes sopas necesitan grandes cocciones. No hay más que acercarse a los recetarios tradicionales para rescatar cosas sencillísimas como las pobres sopas de ajo, de tomillo, o las sopas mallorquinas, casi secas, que son un portento de sabor y acierto nutritivo. ¿ Y qué decir de las cocinas asiáticas? El bol de sopa les acompaña a todas horas. Observad que las sopas pueden ser variadas, sencillas, ricas y rápidas sin necesidad de tener un perolo al fuego durante 4 horas.
Es cierto que las buenas y grandes sopas, como Escudellas catalanas con toda sus variantes de ollas comarcales- fantástica la olla aranesa, por ejemplo- o la Bouillabaisse, mis dos sopas preferidas, son el resultado de preparaciones de lentas, de infinidad de productos en acción y dominio de algunas técnicas. El resto consiste en coger cuatro cosas de la nevera y la despensa, un hervor y listo!
Hoy preparamos dos sopas fáciles, altamente nutritivas y de un sabor excepcional que vale la pena incorporar a nuestros menús de diario: La sopa italiana minestrone en una versión más sencilla y rápida y la clásica sopa francesa de cebolla.
Sopa Minestrone para 4-6 personas:
150 gr. de panceta ahumada
2 zanahorias
2 ramas de apio
Una cebolla
2 dientes de ajo
100. gr. de col
2 tomates maduros
Una cucharada de tomate concentrado
2 litros de caldo de pollo o verduras.
50 gr. de pasta
50 gr. de judías blancas ya cocidas.
Tomillo fresco,
Romero fresco,
Sal, pimienta y aceite de oliva.
Parmesano o Grana Padano rallado
Preparación:
Rehogar en una olla con un poco de aceite la panceta a trozos, la cebolla, el ajo, las zanahorias, el apio, los tomates troceados y pelados y las hierbas. Cuando todo esté listo, añade el tomate concentrado y cubre con el caldo. Cuando empiece a hervir, añade la col cortada pequeña. Cuando esté casi lista, añade la pasta que tú quieras. Finalmente pon en la olla las judías ya cocidas, rectifica de sal y pimienta. Deja reposar un rato para que cobre potencia de sabor el conjunto. Sirve con el queso rallado.
Sopa de cebolla para 4 personas:
2 cebollas grandes
Rebanadas de pan seco
4 huevos
Un poco de tomillo fresco
Queso para grantinar
Sal, pimienta, aceite de oliva
Preparación:
Poner en una cazuela la cebolla cortada en juliana con el aceite de oliva, un poco de sal para que sude y no se queme, tápala y deja que se haga muy lentamente. Puede que necesites más de media hora. Cuando esté hecha, añade las rebanadas de pan, cubre con el caldo y dale un hervor más rápido. Espolvorea con tomillo fresco. Pon encima del pan un huevo por persona y cubre de queso rallado. Hornea la cazuela hasta que el queso esté gratinado y el huevo haya cuajado. Si quieres, prescinde del horno y añade simplemente sobre el pan un huevo poché.
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diciembre 1, 2014 @ 11:04
Esta sopita tiene una pinta exquisita! y con este tiempo sienta de maravilla.
Gracias por la receta!