La venta a granel vuelve con fuerza, sobre todo en productos como el cereal, las legumbres, las especias o los frutos secos. Durante mucho tiempo las legumbres y los cereales formaron parte de la base de la dieta de cualquier español. Hasta la década de los 70, la carne se consumía de forma muy moderada, como condimento de estos platos de cuchara y, en cualquier caso, casi siempre se trataba del cerdo en sus formas saladas o embutidas. Lo importante, pues, era el grano, más un buen surtido de verduras y hortalizas de temporada para conformar platos contundentes, de cuchara, con los que se alimentaban las familias antes de que la sobreabundancia y los cambios sociales los desterraran de nuestros hábitos alimenticios. Las tiendas en las que se vendían las legumbres a granel, crudas y cocidas, quedaron, pues, como un reducto de las antiguas costumbres, empezaron a incorporar otros productos para sobrevivir al desapego de los españoles por los garbanzos, las lentejas o las judías, estigmatizadas como recuerdo de años de pobreza. Hoy en día, quizás por los cambios provocados por la crisis económica o por la lenta vuelta a las tradiciones gastronómicas y el interés por la nutrición y la salud, estos negocios ven como resurge con fuerza su oferta, están en el punto de mira de los consumidores.
Llegums Cuits Bartrolí. El Clot El mejor márqueting gastronómico, sin lugar a dudas:)
Obviamente, al encanto de aquellas tiendas que vendían a granel, tiendas de baldosas blancas, perolas enormes y dependientas con mandil impoluto, se une hoy en día una oferta mucho más variada de productos que van desde las especias, los tes, los frutos secos, los encurtidos, arroces, harinas, azúcares, cereales para desayuno, etc. Han ido ganando terreno las importaciones de productos hasta hace poco desconocidos, como la quinoa o el couscous, las harinas, panificables o no, hasta ahora olvidadas o desconocidas como el Kamut o la espelta, las especias venidas de otras latitudes, fruto del interés por la alimentación global, y la recuperación de variedades locales. Entre los enormes sacos y las estanterías se observa una mezcla interesantísima de globalización y localización, el producto de proximidad convive con el exotismo de lo foráneo, demandado tanto por los nuevos barceloneses como por los autóctonos interesados en descubrir sabores e introducir ingredientes y usos nuevos en sus cocinas.
El ahorro en estos productos es más que evidente si se tiene en cuenta que uno, cuando compra a granel, sólo pide la cantidad necesaria que necesita y no paga por un envoltorio o páckaging que, muchas veces, es lo más caro del producto. Pero, sobre todo, nosotros valoramos el trato personal, la información que uno recibe de cada producto por parte del vendedor. Muchas veces, son ellos mismo los encargados de una labor de comunicación, informadora y prescriptora, que se había perdido entre la compra en grandes almacenes y las prisas. En este tipo de tiendas es fácil oír consejos, recetas, ideas sobre la conservación o beneficios nutricionales. Además de disfrutar con el colorido y el aroma que desprenden estas tiendas, dedicarle un tiempo semanal a esta compra nos asegura una dedicación mínima a nuestra alimentación que, en definitiva, es de lo que se trata. Los mercados y las tiendas a granel deberían estar siempre entre nuestras rutas cotidianas.
Largas colas en la puerta de Casa Perris, en el Born. Su tostadora de frutos secos perfuma la calle.
El encanto del producto en tarros en Opció Bio, Badalona.
Algunas de estas tiendas a granel incluyen además producto fresco, ecológico, la mayoría de las veces, como en la Granería del Poble Nou, donde es posible comprar buenos huevos y verduras de temporada, o todas las hierbas aromáticas de la estación.
Entre las tiendas que hemos podido visitar, nos ha parecido especialmente interesante Opció Bio, de Badalona, por su gran surtido de productos, ecológicos o de proximidad, por el trato recibido por parte de sus responsables, siempre dispuestos a dedicarle al cliente la atención y la información que necesita y, sobre todo, por la buena idea de incluir una cocina en su establecimiento, tanto para cocinar in situ platos para llevar como para impartir cursos y talleres.
Toda la comida preparada que se vende en ella está hecha en sus cocinas y pensada para consumidores que puedan tener algún tipo de intolerancia o alergia, como es el caso de los celíacos o los intolerantes a la lactosa. A nosotros nos gustó especialmente su selección de arroces:
Las tiendas a granel, pues, están de nuevo entre nosotros y han venido para quedarse. Descubre las de tu barrio o pueblo, seguro que disfrutarás conociendo productos y poniendo en práctica una alimentación más saludable.
Ana López
febrero 25, 2020 @ 19:55
Estamos estudiando la posibilidad de montar una tienda de productos a granel y nos gustaría saber más sobre su actividad y conocer los tratos, catálogos, formas de pago… etc. En espera de una respuesta les saludo atentamente
Ines Butrón
febrero 26, 2020 @ 07:10
Buenos días Ana. Desconozco los detalles de este tipo de actividad, pero sí les recomiendo que hablen con los propietarios de las tiendas como Can Renobell, en el Born. Quizás ellos les podrán explicar todo esto con más detalle o dirigirlos al lugar y la persona adecuada para recabar información. Un saludo.
Anna
marzo 11, 2021 @ 10:35
Hola Ana,
nosotros te podem ofrecer café en grano natural y tostado artesanalmente. Nuestro café és ecológico i sostenible.
Saludos cordiales.
ww.mamasame.com