¿Cuánto tiempo hace que no comes unas buenas albóndigas a la jardinera? Pues si la respuesta “hace ya mucho tiempo”, es el momento de cocinarlas.
Supongo que te parecerá un plato complicado ( !unas albóndigas en pleno agosto!), pero no lo son si has preparado con antelación la salsa que la acompaña que no es otra que un buen tomate frito casero junto a unas zanahorias, unos guisantes y, si quieres, unos champiñones. El verano es la temporada alta de los buenos tomates. Abundan en las huertas ( seguro que conocéis a alguien que os regalará alguno de su cosecha), son muchísimo más dulces y carnosos que en invierno, están, en definitiva, en su mejor momento y, sobre todo, mucho mejor de precio.
Hacer una buena salsa de tomate no cuesta tanto, sólo requiere que dejéis reducir durante unas dos o tres horas toda el agua que soltarán los tomates, pero es lo que suele durar una siesta post-playa:) Una vez pochada la cebolla, los ajos y los pimientos, ponéis la olla a fuego mínimo con los tomates troceados y os olvidáis de ella hasta que pase ese tiempo. Después, todo es cuestión de pasarla por el chino, condimentar a nuestro gusto y guardar en botes de conserva en la despensa, en la nevera o, incluso, en el congelador. En esta casa es muy habitual preparar grandes cantidades en esta época del año para poder utilizar en cualquier plato que requiera de un buen tomate.
Evidentemente, hay otras formas de prepararla, pero esta es la que heredé de mi madre y mi abuela.
Ingredientes:
3/4 kilos de tomates maduros
Una cebolla bien grande
3 dientes de ajo
Un par de pimientos verdes
La mitad de un pimiento rojo
Hierbas aromáticas de tu gusto: orégano, tomillo, hierbabuena, albahaca…
Sal, pimienta y aceite de oliva virgen extra.
Un poquito de azúcar moreno( opcional)
Preparación:
En una olla o cazuela grande pon el aceite de oliva y espera a que se caliente.
Sofríe lentamente la cebolla cortada en juliana y los ajos laminados.
Sofríe, después, los pimientos rojo y verde, lentamente, que quede bien tierno.
Mientras tanto, lava los tomates y córtalos en trozos pequeños. No es necesario que les quites la piel.
Añade al sofrito de la cebolla, ajos y pimientos los tomates cortados.
Añade un poco de sal para que suelten el agua y acelerar el proceso.
Añade la hierbas aromática que te guste. En mi casa se usaba orégano o hierbabuena.
Tapa la olla y deja cocer el tiempo que haga falta- mínimo dos horas- a fuego lento.
Una vez bien reducido y sin agua, pásalo por un chino para eliminar las pieles.
Guarda en la nevera, el congelador o prepara botes de conserva para que puedas utilizarlo en diferentes recetas cuya salsa base sea el tomate frito: pasta, arroz a la cubana, bacalao, albóndigas, etc.
Como ya tenemos la salsa básica, lo demás será coser y cantar. Incluso puedes dejar las albóndigas medio fritas en la nevera el día anterior y luego la acabas cuando quieras.
Así pues, vamos a darnos el gustazo de comernos unas buenas albóndigas a la jardinera, preparadas enteramente en nuestras casas, una receta de las de mojar pan y no parar, el plato preferido de todo niño entre los 2 y los 90 años:) Buen provecho!