Seguramente habréis oído hablar alguna vez del civet de jabalí, pero lo más seguro que es que no te hayas atrevido a preparar estos clásicos platos de caza pensando que son difíciles y de cocción larga. Lo primero no es cierto, puesto que no deja de ser un estofado de carne que necesita un marinado previo. En cuanto a lo segundo, os diré que no andáis muy errados, porque cualquier carne de un animal que no ha sido cebado por el hombre y que viva en el monte, libre, y correteando de un lado para otro todo el día, tiene una carne prieta. Por eso necesita un maridado previo y que lo pongamos a fuego lento durante unas tres horas. Pero el resultado vale la pena, pues cambiamos esa textura ultratierna que tienen sus primos los cerdos corrientes, cebados para su engorde rápido, por un sabor a monte y a hierba extraordinario. No es de extrañar, pues, que el civet de jabalí sea un gran plato clásico desde la Edad Media, cuando los bosques estaban llenas de animales que el hombre consumía con fruición.
Los que seguís este blog ya sabéis que nos gusta la caza. Hemos preparado, desde simples platos con conejo, a grandes elaboraciones con cabra hispánica salvaje.
Goulash de cabra hispánica salvaje
Hoy vamos, pues, a utilizar el jabalí, uno de los animales más corrientes entre los recetarios dedicados a la caza mayor. Y vamos a preparar un gran civet que acompañaremos con unas chalotas glaseadas y unas castañas. Más otoñal, imposible!
Sister
diciembre 2, 2016 @ 20:49
Ummmm…. Rico, rico.
Ines Butrón
diciembre 3, 2016 @ 08:15
Pues sí. Estos guisos suelen estar muy buenos. Sólo necesitan un poco de paciencia, pero no tienen ninguna dificultad.
Un abrazo, lectora:)