La crema de coliflor con queso y frutos secos es, para variar, un plato de aprovechamiento. Como siempre, nuestra nevera suele estar llena de productos frescos que hay que consumir en un plazo de tiempo razonable o buscar la forma de conservarlos, generalmente creando platos que improvisamos y después guardamos en el frigorífico o el congelador para que no se desperdicien y podamos comerlos en el momento en que los necesitamos.  Creo que hemos hablado de esto más de una vez- me suelo repetir bastante:)-: si tienes algo que tiene las horas contadas, cocínalo lo antes posible y tendrás comida preparada para varios días o, incluso, semanas,  en el caso de que puedas congelarlo.  Y este es, una vez más, el origen de esta sencíllisima crema de coliflor con queso y frutos secos, además de mi empeño para  que en esta casa haya en el menú semanal toda clase de verduras, hortalizas y  frutas.

Por otra parte, hay que reconocer que hay verduras «complicadillas» de meter entre pecho y espalda, sobre todo a las criaturas y a los adultos que se empecinan en actuar como los primeros. Ese es el caso de las orondas coliflores, los brócolis, romanescos y miembros de la misma familia real de las flatulencias y los vapores  a prueba de ambientadores. Pero, la cocina es así, a veces huele maravillosamente,  y,  a veces, el olor a sardinas o a sofrito de cebolla penetra por todos los rincones de la casa. Mejor que sea a eso, n’est ce pas?   Os dejo unos trucos para evitarlos en este link.

En cualquier caso, esta crema está hecha con ingredientes que cualquiera tiene en su casa y que es susceptible de ser transformada  y cambiada al gusto de cada cual. Si no tenéis coliflor hacedla con bróquil, si no disponéis de almendras y avellanas, usad nueces o anacardos, y si no os gusta el queso, poned algunas semillas de lino o pipas de calabaza,  unos taquitos de jamón o panceta, las hierbas aromáticas y las especias que más os gusten- un pizca de cayena en polvo o un trocito de jengibre rallado le quedan bastante bien-, si no queréis usar cebolla, poned puerro, etc. De lo que se trata es de  comprender  que comer rico y sano no es sinónimo de caro ni de complicado. Buen provecho!