Estos fideos con costillas adobadas  es lo que en casa llamábamos unos simples «fideos a la cazuela«, supongo que porque lo importante eran los fideos y el utensilio que utilizábamos para cocinar, porque, por lo demás, cualquier cosa cabía en esta receta popular, sencilla y sabrosa donde las haya. De hecho, los que seguís este blog habréis visto un montón de cazuelas de fideos– al principio usábamos la cazuela de barro que tanto me gusta, ahora he pasado a la de hierro colado- con carne, pescado, marisco, habas, guisantes, tomates secos, toda clase de hortalizas, etc, etc.

Fideos con sepia y berberechos

cazuela de fideos con berberechos y sepia

Fideos con conejo, habas y ajetes

fideos conejo habas ajetes

 

Después del arroz, yo creo que una de los platos que más me gusta cocinar son estos fideos a los que cada día le doy una pequeña vuelta de tuerca dependiendo de mi nevera, mi despensa y mi tiempo. En estos últimos días, después de más de un mes de confinamiento, mi nevera anda con lo justo para no salir más de lo necesario, mi congelador ya tirita- y no precisamente de frío- y mi despensa ha pasado a contener lo imprescindible para no acumular cosas que otros posiblemente necesitarán más que yo.

70DCANNON (3)

Estos fideos a la cazuela con costilla adobada me lo ha inspirado, pues,  la pura necesidad y un recuerdo de la cocina de mi suegra que siempre tengo en la memoria. En su pequeña despensa ella siempre guardaba unas costillas adobadas y conservadas en manteca que solía añadir a todo tipo de guisos. Era una forma habitual de guardar los productos de la matanza de un año para otro y en todas las casas las morcillas, chorizos, el lomo, la panceta  y diferentes partes del cerdo se conservaban en su grasa durante meses.

En unas legumbres le quedaban de muerte, en un arroz, fantásticas, pero sobre todo, en unos fideos a la cazuela. Junto a las costillas solía también tener unos  trozos de longaniza de Aragón seca que ella traía de sus viajes a Calanda y que a mí me encantaba, tomate en conserva que ella misma preparaba en verano, aceitunas negras del pueblo, alguna que otra berenjena o pepinillos en vinagre,  alcachofas y setas confitadas, amén de mermeladas y dulce de membrillo o calabaza. Con los embutidos o las costillas apañaba un plato en un plis plas. Si alguien decía que venía a comer sin haber avisado la víspera, preparaba un sofrito con su tomate casero, sacaba un puñado de costillas troceadas en su adobo o alguna que otra longaniza, la freía previamente un poco y le añadía el sofrito de la hortaliza o verdura de la temporada, un puñado de fideos un poco gruesos  y listo.   No solía añadirle casi nada más, no necesitaba fondos de ningún tipo- de hecho, no sabía ni lo que era eso de un fondo moreno-  porque la carne ya estaba blandita  y bien condimentada en su mezcla de grasa y especias:  pimentón, ajos, orégano, laurel, tal vez, clavo,  y alguna que otra  que ahora no recuerdo, eso dependía de cada casa y cada pueblo. En un máximo de media hora le salían unas cazuelas de quitarse el sombrero.

70DCANNON (1)

Con esa idea en la memoria y la necesidad de tener que apañármelas con lo que tengo he preparado esta cazuela de fideos con costillas adobadas y alcachofas confitadas. Para hacerlo básicamente se me ocurrió la noche antes que no era el momento de ir a comprar lo necesario para hacer fondo moreno alguno- el del congelador ya se ha acabado hace días-.  Últimamente no soy yo quien va a comprar. Al estado de alarma  por la pandemia se une mi asma que  se agrava en primavera y me  aconseja ser prudente, por lo que  hace 33 días que  no piso la calle. Encargo a mi señor marido lo necesario una vez por semana o a mis carniceros y pescaderos de confianza que me preparen el pedido que luego él recoge. Es lo que tiene de bueno el pequeño comercio: saben lo que te gusta, te dan ideas  y me aconsejan si  yo no puedo ver el producto. Cómo les echo de menos!

Sin fondo moreno, había que pensar en una forma de dar sabor a unos fideos que corren el riego de ser un poco insípidos, a menos que- pensé-, además de un generoso sofrito, ponga a adobar los trozos de costilla con los que contaba. La noche anterior las metí en un bol con aceite de oliva, sal, pimienta negra, pimentón, ajo en polvo, laurel, comino,  orégano seco, una cucharadita de cúrcuma,  unas semillas de hinojo, un vasito de vino blanco y las dejé macerar. Cualquier cocinero del medievo se hubiera pirrado por esta mezcla:)

Por otro lado, las últimas alcachofas de la temporada estaba confitas en un bol. Es muy sencillo hacerlo y se conservan bien durante varios días. Solo has de cortarlas como más te gusten, cubrirlas de AOVE, taparlas con papel film, hacerle unos agujeritos para que salga el vapor y ponerlas en el microondas a máxima potencia durante 7 m. Sirven para un roto y un descosido. Estos días, además de los fideos hemos hecho buenas tortillas de alcachofas ya confitadas y ajetes tiernos en 10 m.

Confitar alcachofas

 

tortilla alcacchofas gambas

Así, después de más de un mes de confinamiento seguimos, al menos, bien alimentados, y, sobre todo, hemos recordado que para comer bien no hace falta  ni productos exquisitos, ni seguir al pie de la letra una receta precisa, sino adaptarte con lo que tengas a mano. Buen provecho!

Fideos caldosos de ternera y trompetas de la muerte

fideos caldosos 9