berenjenas

Cuando yo era niña comía muchas frituras, buenas frituras. Mi madre era gaditana y en casa se ponía al fuego casi todos los días un buen «potajito« de legumbres y verduras con un poquito de cerdo ( no mucho) y se acompañaba con una ensalada del tiempo y alguna fritura: unos buñuelos de ajito y perejil, alguna croqueta de cualquier cosa, unas alcachofas, unas sardinillas rebozadas o las clásicas berenjenas fritas con miel.

sardinas empanadas

El resultado era un menú completísimo con los ingredientes de la estación: sencillos, humildes, sabrosos. Era una delicia comer de esta forma, de cuchara y con los dedos, caliente y fresco, combinando, por ejemplo, la mantecosidad de unos habichuelas con arroz y apio y el crujiente de unos  buñuelos de bacalao a los que ella añadía mucha cebollita tierna en la primavera y un buen puñao de perejil fresco. Yo no tengo la habilidad para freír que tienen las gaditanas de pura cepa, pero me esmero:), porque las buenas costumbres no deberían quedar en el olvido.

Hoy os propongo, pues, que probéis esta fritura clásica y deliciosa. Os encantará tenerlas encima de la mesa un día cualquiera, disfrutar de lo bueno que la huerta nos va dar a partir de ahora. Ya me contaréis.

berenjenas fritas