Los higos con crema de queso son una combinación tan clásica que la vais a ver por todas partes. En  tartas, en pasteles, en tostadas saladas y dulces, en bizcochos, en postres y en aperitivos los higos con crema de queso van de la mano. ¿Por qué? Porque el queso, ya sea en crema o azul, de cabra, vaca o oveja, es un lácteo con un toque salado y una  textura -generalmente  tierna- que combina muy bien con el dulzor del higo, diríamos que casi se fusionan, se funden: están hechos el uno para el otro. El yogurt, tanto el  de leche como  el preparado a partir de bebidas vegetales, es también una buena opción para aquellos que sean intolerantes a la lactosa  o veganos.

Tostada de hojaldre, jamón, queso azul e higos

higos para el blog

Es, casi, casi, me atrevería a decir,  la más mediterránea de las frutas y empiezan a finales del verano– durante los meses de estío encontramos brevas–  para acabar en el momento en que las lluvias y los primeros fríos empiecen a estropear su delicado envoltorio. Por eso, cuando tengo higos, me doy prisa en gastarlos de mil y una formas:

Tartare de longaniza, tomate, piñones y brevas

EMPLATAT FINAL

Ensalada de higos, requesón y nueces

ensa de higos post vacacional

Si sigues este blog, habrás visto más de una receta con esta fruta de rojizo interior que tanto atrae. Sus gotas de un dulzor muy marcado combinan muy bien, además, con las carnes blancas, sobre todo con el pato. El foie o el micuit de pato u oca es una delicia con una mermelada de higos. Pero nosotros, como te decíamos, simplemente queríamos aprovechar unos cuantos que nos habían traído recién cogidos ( no hay nada como tener amigos agricultores) y no nos apetecía complicarnos mucho la vida haciendo postres o mermeladas. Queríamos algo muy sencillo y se nos ocurrió esto:

Peritivo con higos perfecto

Tenía unos mini vol au vents en la nevera que habían sobrado de una fiesta veraniega en la terraza, tenía, como casi siempre, una terrina clásica de queso crema, un poco de jamón serrano y estos higos. No necesité ni fuegos: piqué el jamón, lo mezclé con el queso, doré un poco los vol au vents para que estuvieran más crujientes y les puse un trocito de higo por encima. Et volilà!

Poco a poco, casi sin darnos cuenta, han desaparecido todos. Como quien no quiere la cosa, nos hemos sacado de la manga un aperitivo facilísimo que hasta un niño puede hacer. Qué tal si lo pruebas y nos lo cuentas)