Estos macarrones con bacalao y verduras son, como muchas de nuestras recetas, un plato de aprovechamiento. Muchas veces he explicado en este blog que no es necesario cocinar siguiendo al pie de la letra una elaboración ( excepto en la repostería. Eso es otro cantar). Lo importante es tener recursos suficientes y unas cuantas técnicas básicas para crear platos que cada uno adapta a sus necesidades del día a día y al gusto de los suyos. En mi casa, como en muchas otras familias, también hay gente joven que necesita unos hidratos que les aporten energía para su tarea diaría, por lo tanto, de vez en cuando hago un plato de pasta. Hoy fideos a la cazuela, mañana lasaña o pasado macarrones con bacalao.
Al fin y al cabo, se trata de mezclar aquellas cosas que uno tiene a su alcance. En mi nevera siempre hay verduras frescas y en la despensa siempre hay macarrones de varios tamaños y piezas de bacalao que yo compro enteras. ¿Y por qué enteras? Pues porque el bacalao nos encanta y es preferible comprar toda la pieza, recortarla uno mismo y desalarla en casa. De esta forma sale más económica, tienes algo de morro, pencas y unos laterales que puedes aprovechar para hacer brandadas, croquetas, buñuelos, meter en empanadas, en esqueixadas o en mil cosas que se te ocurran.
Empanada de bacalao, tomate frito y pimientos de Isla
En este caso la idea era bien sencilla: había macarrones, los trocitos pequeños de bacalao más delgados que yo recorto de los laterales de la pieza entera, unas kalamatas que habían quedado sueltas por ahí, un paquete de bimis que se me antojó un día para poner en un pescado en papillote, lo necesario para un buen sofrito- cebolla, ajo, pimiento rojo, tomate- y algo de caldo que quedó de hervir un bacalao que yo guardaba en el congelador para arroces y otros guisos. Me gusta su sabor suave, pues sólo lleva cuatro verduritas ( zanahoria, puerro, cebolla, un tomate, un poco de perejil, un chorro de aceite de oliva) , patatas y el bacalao que añado en el último momento. Por lo tanto, hacer este plato me costaba muy poco esfuerzo y muy poco dinero, pero en cambio sabía que estaría de muerte y sería un plato muy sano y completo para las bocas que cada día comen conmigo. ¿Os atrevéis a probarlo?