Hoy preparamos un arroz con pota blava, la raza de pollo más glamoursa a este lado del LLobregat. Pollo de alcurnia,  con esas patas de vedette coloreadas de azul y vistosas plumas rojas, como para bajar las escaleras del Folies Bergère. Junto con las alcachofas, son las señas de identidad comestibles de un territorio que ha conservado celosamente sus mejores productos a fuerza de sudor y arado. Y eso, bien merece que, de vez en cuando, convenga recordarlo guisando platos como este, un arroz sencillo, pero que se crece con este pota blava en el centro de este universo de gramíneas.

Y es que es tan  socorrido es un arroz!  Casi con cualquier cosa podemos hacer una suculenta paella, un arroz monumental que sirve para dar de comer a mucha gente y, encima, hacerlo bien. Yo suelo aprovechar mucho los restos de hortalizas y algunas buenas conservas para improvisar arroces de  domingo, o de diario, según se tercie.

Arroz con conejo, butifarra negra y setas

Puesto que estamos en marzo y son las jornadas gastronómicas del pollo  pota blava y la alcachofa del Prat,  compré unos  jamoncitos de pollo del Prat  y unas alcachofas de la misma  IGP pensando en ponerles unos ajitos,  un chorrito de vino blanco y poco más, algo simple para salir del paso. Pero luego recordé que tenía uno de esos botes de setas  variadas que van muy bien para utilizarlas fuera de temporada, unos pimientos asados del día anterior, arroz de Pals y, como siempre, buen fondo de verduras y pollo en el congelador. Cosas imprescindibles que no han de faltar en vuestras despensas y que son las que nos permiten improvisar cada día la comida. Como decía mi madre: quien guarda, haya.

Con estos ingredientes básicos e improvisado este arroz que me ha servido para dar de comer a unos familiares que llegaron a última hora. Espero que os guste!