¿Por qué os sugiero hoy una receta con raya? Pues, como siempre os digo, porque es un producto de temporada. El mejor momento para consumir raya es de marzo a junio. Si os fijáis en las pescaderías, los mercados o tenéis la suerte de visitar alguna lonja veréis que llegan a puerto montones de rayas que pueden llegar a pesar 100 kg! Pero, tranquilos, porque las que vemos normalmente nos pasan de los 4 kg y los pescateros se encargan de cortarla en trozos para cocinarla sin problemas.
La raya es un pescado blanco, sin espinas, con tan sólo un cartílago en su interior, perfecto para hacer con una salsa casera de tomate como la que hoy os propongo, ideal para dar de comer a niños y ancianos y, en general, a los que no gustan de las espinas. Seguramente no sea de los pescados más habituales en vuestra cocina, sin embargo es muy apreciado en Baleares, donde se preparan en diferentes guisos o burridas de rajada, o en algunos rincones de Francia (seguro que conocéis la raya a la mantequilla negra.) En casa la hacemos al estilo de Cádiz, con una buena fritá de tomate. Y puesto que ahora van a empezar a llegar esos buenos tomates maduros que todos esperamos, es el momento de hacer este plato, cien por cien de temporada.
Es tan fácil y sabroso que os sorprenderéis. Lo único que tenéis que hacer es adelantar parte del trabajo preparando con antelación está fritá de la que os hablo, cuya receta tenéis en este link. Una vez hecho esto, prácticamente todo lo que tendréis que hacer es introducirla en la salsa ya hecha, añadir alguna hierba aromática de vuestro gusto y unas aceitunas negras de Aragón, de kalamata o sevillanas sin hueso. 20 m. de trabajo y a comer!