Un salteado de sepietas con garbanzos es de esos platos completos, sabrosos y rápidos que nos encanta preparar cuando empieza el buen tiempo. Solo tiene un inconveniente: cuanto más pequeño sea el pescado, más cuidadoso has de ser con la limpieza del mismo y con su cocción.

Las sepietas son, como su propio nombre indica, una sepias minúsculas, los equivalentes a los pulpitos, pero con otras características. En primer lugar, has de tener en cuenta que estas sepias pequeñas son muy tiernas y se cuecen en muy poco tiempo, pero tienen en su interior esa pluma o huesecillo duro que hemos de extraer para que no nos moleste al comer. Por otra parte, como toda sepia, incluirán una parte de tinta que es bastante incordiosa para algunos a los que les disgusta limpiar especímenes marinos. A nosotros no solo no nos molesta, sino que al soltarla en el plato lo teñirá un poco con su color negro parduzco, pero también le dará un plus de sabor.

Este salteado de sepietas con garbanzos, como casi todas nuestras recetas, nació de la practicidad, es decir, habíamos preparado un arroz anteriormente con estos minúsculos cefalópodos, pero sobraban y, obviamente, no íbamos a lanzarlos a la basura: aquí no se tira nada.

Hoy, pues, un plato rápido y sanísimo, de los que nos va a a pedir el cuerpo en cuanto el calor apriete y, eso, créeme, está a la vuelta de la esquina. Buen provecho!