remolac

Si habéis probado ya la remolacha, sabréis que todo lo que toca lo convierte en rosa. Es como el rey Midas de las raíces comestibles:).  Por eso, ahora que entramos en la primavera y nos apetece ver color y sabor en los platos, nos ponemos manos a la obra con este risotto cremoso que aúna el punto salado de una panceta soriana adobada que tenía en la nevera más un ligero sabor dulzón, apenas perceptible una vez mezclado con el queso Parmesano ( también podéis ponerle Feta). Os recomiendo, eso sí, que la preparéis vosotros mismos, cociéndola o  asándola al horno, porque conservaréis todo el sabor de una remolacha natural, que es muy distinto al que viene en conserva con azúcares y vinagre añadido. Os llevará algo de tiempo, más o menos un par de horas si la cocéis en agua hirviendo, algo menos si la hacéis al horno. Yo lo hice de esta ultima forma. Una vez pelada, la corte en trozos pequeños y la puse  en una bandeja  con una gota de aceite por encima y esperé a que estuviera blanda. Luego podéis triturarla para hacer el risotto o cortarla en pedacitos pequeños. En cualquier caso, os gustará el juego que da esta raíz con cuyas hojas también podéis preparar interesantes ensaladas y cremas.

Ánimo, pues, con  este risotto que ha estallado en color, mi primer plato de primavera en esta nueva etapa del blog. Una bitácora que  aspira a contagiaros de nuestra pasión por la cocina y los alimentos, uno de los caminos más directos hacia la felicidad.

Mi corazón espera

También, hacia la luz y hacia la vida,

otro milagro de la primavera.

A un Olmo Seco, Antonio Machado.