¿Si utilizo fideos con berberechos estoy haciendo una fideuà? Pues creo que no. Por eso no he introducido esta receta dentro de ese cajón de sastre en el que se han convertido las fideuàs.  

He visto por ahí demasiadas recetas con fideos de todas las medidas y colores, con toda clase de ingredientes, y a todas las llaman genéricamente Fideuàs. Yo creo que hay que ser un poco respetuoso con las recetas originales que cada gastronomía  tradicional transmite de generación en generación, pues, aunque las recetas admiten variantes, si tratas de darle tu toque personal a una elaboración y te saltas la mayoría de ingredientes básicos que comporta esa receta o utilizas técnicas distintas, entonces, estamos delante de un plato distinto. Si pasas por alto la esencia  de una elaboración – y es muy lícito, en tu cocina eres libre- no utilices un nombre que pueda llevar a engaño.

Si no quieres serle fiel a la tradición gastronómica, hay que ser consecuente y buscar un nombre para ese nuevo plato que nos hemos sacado de la manga.  Lo contrario, a veces, cae en lo caricaturesco:  una fideuà de pollo y champiñones no es fideuà, de la misma manera que una paella con chorizo a lo londinense no es PAELLA.

En este caso, se trataba de hacer un plato de pescado que pudiera comer toda la familia en un día cualquiera, con cuatro ingredientes que ya estaban en mi nevera ( una sepia de temporada)  y un par de productos frescos que compré a última hora (los berberechos). El tiempo utilizado en prepararla no supero los 45 MINUTOS! Una receta, pues, fácil, no muy costosa y de éxito seguro.