Noodles de arroz o la pasta que vino de Oriente. Este inicio más bien parece el título de un libro para aquellos que quieran investigar el origen de la pasta y su recorrido hasta llegar a Europa.

A estas alturas ya sabréis que el maravilloso viaje de Marco Polo hacia China en su intento de que Venecia siguiera siendo una potencia comercial con el lejano Oriente tiene mucho de leyenda y solo unas cuantas verdades. La primera de estas curiosas leyendas que rodean su figura, para los que nos dedicamos a la historia de la gastronomía,  es la atribución de su «descubrimiento de la pasta». Sabemos que ya en tiempos de Al-Andalus y, por tanto, en el vasto imperio árabe, desde la antigua Persia ya en decadencia, hasta el califato de Córdoba,  se comían un tipo de fideos hechos a partir de un cereal.  Quizás se utilizara para ello distintos tipos de trigo u otro cereal de menor calidad, no panificable, pero  no el arroz, pues aunque los moriscos contribuyeron a hacer de la Península ibérica un país de albuferas y marismas fértiles, no es probable que su consumo fuera tan elevado como para elaborar pasta a partir del mismo.

A día de hoy, sin embargo, cuando comemos un plato de noodles ( una especie de tallarines) de arroz,  seguramente lo hemos comprado en una tienda de productos asiáticos y lo primero que se nos ocurre es utilizarlos de un modo lo más parecido a como lo haría cualquier ciudadano chino o japonés.

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Estos noodles de arroz que hoy os presentamos son una mezcla- particular y propia, como todas las cocinas domésticas- de varios productos que tenía por mi nevera, algunos de origen asiático, pero que ya se han convertido en habituales en las casas de muchos ciudadanos occidentales, como unos pak chois, unos shiitakes o una salsa de soja, junto con otros más corrientes, como la zanahoria y el calabacín.   Fijaos que no incluyo al jengibre como producto exclusivamente chino porque su origen también se sitúa en diferentes latitudes y es una raíz que fue usada desde muy antiguo en nuestras cocinas, mucho antes de que la globalización nos hiciera pensar que era un «descubrimiento moderno».

Así pues, hoy toca plato de aprovechamiento ( saca de la nevera lo que tengas y utilízalo) al que tú puedes/debes dar tu toque particular con lo que tengas a mano y lo que más te guste. Buen provecho!

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