Un bocadillo de brandada es una buena manera de comer algo de bacalao en el momento que tú quieras y donde tú quieras. También es una idea más para apuntar a nuestra siempre corta lista de bocadillos, ideas para un pícnic  de verano o, simplemente, una comida o cena  rápida en casa o en tu lugar de trabajo.

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  La rutina y la pereza se han apoderado de nuestra forma de comer «dos rebanadas de pan con algo dentro». Y, sin embargo, recuerdo bocadillos geniales en tiempos en los que nada se lanzaba a la basura: bocadillos de pescado frío con salsa de tomate, bocadillos del pollo sobrante, off course!, de la pelota del caldo con zanahoria chafada y cebolleta fresca, de tortillas de todas las verduras y hortalizas habidas y por haber, bocadillos de embutidos a los que le añadíamos las aceitunas picaditas que otros dejaban en los vermuts de los domingos a falta de piparras o pepinillos, bocatas de ensaladillas con mucho pimiento morrón,  y hasta de patatas fritas con chistorra del día anterior! Todo cabía entre pan y pan.

Bocata de pelota con espinacas salteadas y salsa de romesco!

boicata pelora rustico

De ahí que, después de hacer una brandada para comer como lo hacemos habitualmente- untando tostaditas, en caliente y gratinada  o en frío-,  pensé que con los restos de la misma más una berenjena a la plancha y un tomate a rodajas por la noche ya tenía resuelta la cena. Con todo le dí una última vuelta de tuerca más a mi bocadillo de brandada: unté el pan que tenía en un poco de huevo batido sobrante de un rebozado anterior, lo calenté en una parrilla y le dí un toque de miel. Fácil, ¿verdad? Pues toma nota de la receta y, a partir de ahora, inventa tu propia lista de bocatas y ríete tú de los de calamares, los serranitos y los de tortilla de patatas. La imaginación al poder!.

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