Comprar un pollo es para mí como tener un lienzo en blanco. Una infinidad de posibilidades se abren ante mi cazuela, y creo que de algunas he dado cuenta en este blog. El pollo es, quizás, la carne más habitual en nuestras cocinas, junto con el cerdo. Por eso, siempre que tengo que preparar uno me gusta que tenga algo que lo distinga del anterior, normalmente mezclando ingredientes de otras cocinas que ya se han colado en la mía, disfrutando de la cocina fusión.
Para ello dispongo de muchos elementos, pero yo adoro las especias, su aroma, sus sabores, algunos tan antiguos que nos retrotraen a siglos de cocina olvidada. El mundo especiado es inabarcable, saber conjugarlas, mezclarlas, sacarles partido es siempre un reto. Yo os animo a probar este pollo cuyo título únicamente recoge tres de los ingredientes utilizados, pero contiene algunos más. Os animo a probar un simple pollo y a elevarlo a una categoría superior a través de un sencillo juego de especias y hierbas bien armonizadas.