Un arroz con costillas de cerdo puede que sea, probablemente, el más consumido en esta casa durante los meses de invierno. Es humilde y simple en su composición, pero es delicioso siempre y cuando seamos capaces de pensar que para conseguir un arroz sabroso no es necesario que éste lleve necesariamente los mariscos más caros, las aves más lujosas, los foies más exquisitos, sino que en su elaboración cada producto esté tratado como si fuera la mejor pieza que jamás pisará nuestra cocina. Dorar bien las costillas antes de pasar al sofrito, tener preparado un buen fondo moreno, utilizar un arroz de calidad, acompañarlo de las hortalizas y verduras que nos de la temporada hará que ese arroz sencillo se convierta en un manjar y, viceversa, una paella con un bogavante cocido en exceso o un pichón mal tratado darán al traste con nuestras expectativas. Suelo decirlo muchas veces: si empiezas a cocinar, hazlo con ingredientes que tu bolsillo y tus conocimientos se puedan permitir.

IMG_1190

Mi admirado colega Xesco Bueno escribió un gran libro sobre el arroz y sus técnicas que reseñamos en este blog.  Te recomiendo su lectura, porque nunca está de más  leer, consultar y aprender. Sin embargo, la práctica es básica, el error, la conciencia de que ha habido un paso mal dado nos dará las claves para una próxima receta redonda y  exitosa. Con todo, este arroz con costilla de cerdo y alcachofa del Prat ( quizás las últimas que utilicemos esta temporada) es un buen comienzo e, incluso, un buen ejemplo de como esta gramínea se hace grandiosa en la paellera de cualquiera que conozca la expresión «amor por la cocina» .

IMG_1200