A menudo, sobre todo cuando el calor alcanza temperaturas de récord, la fruta se echa a perder en pocos días. Les repetimos a nuestras familias que deben comer algunas piezas al día, pero, a la hora de la verdad, los helados se acaban y la fruta sigue ahí.

Si esta escena te resulta familiar, te propongo un postre clásico  muy fácil para darle una «segunda oportunidad» a esas piezas que tienen los días contados en los fruteros de muchas casas. Con una simple compota que puedes dejar en la nevera varios días, y,  añadiéndoles una bolita de helado, los pequeños- y también los mayores- encontrarán una forma de comer fruta muy refrescante y con sabores distintos.

IMG_1982