Una ensaladilla con buey de mar o no es otra cosa que otra manera de hacer más apetecible la clásica ensaladilla – la rusa o la que te dé la gana- que, siendo muy buena cuando todos sus ingredientes son caseros, a veces nos aburren un poco. Somos caprichosos de vez en cuando y nos gusta variar. Es lo que decía el tal Polland:  tenemos un dilema,  El dilema del Omnívoro.

Como siempre digo, el caso es preparar platos, no necesariamente caros,  con lo que uno tiene a su disposición y darle una pequeña vueltecita a las recetas clásicas que ya te sabes de memoria para jugar un poco en la cocina, y ya de paso, probar cosas nuevas, sabores distintos, combinaciones que creías que no funcionarían., etc.  De vez en cuando, está bien divertirte creyéndote el «más creativo de los cocineros del mundo mundial»:)

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Como veis, en esta ocasión y, cómo diría mi madre, me «he liao a echarle cosas» a una patata hervida,  cuatro judías verdes verdes, una zanahoria y un buey de mar que tenía congelado y abandonado más un poco de esto y un poco de lo otro y, la verdad es que, como me ha gustado el resultado,  pues he pensado en bautizarla como ensaladilla con buey de mar y me he quedado tan ancha.  Y, encima no me ha costado tan cara, porque la base es de fondo de nevera y la he completado con restos de cositas que tenía por el frigorífico y ya iba siendo hora de decirles adiós.

Si no te gusta o no tienes algo de lo que señalamos a continuación, no te cortes un pelo, lo cambias por otra cosa que tú tengas,  y aquí paz , y después  gloria. Yo solo pretendo darte una sugerencia, no un decreto ley ni las tablas de la ley de la ensaladilla perfecta.

Buen provecho!

cena en la terraza