A casi todo el mundo le gusta un buen Flan. Durante muchos años, junto con los bizcochos, las natillas, el arroz con leche y las rosquillas de todo tipo, fueron los postres/meriendas por excelencia en todas las casas españolas. El hecho de que la industria empezara a fabricar flan ( El Mandarín, os acordáis?) allá por los 50 contribuyó a que desparecieran de los hogares españoles uno de los postres caseros más nutritivos para los niños.
Básicamente, un flan se compone de huevos y leche, por lo que las proteínas de primerísima calidad están aseguradas. Luego, cada uno juega con la cantidad de azúcar que quiere incorporarle, la vainilla o la canela, o esa capa de caramelo clásico que lo suele coronar. Pero el flan admite variantes, como todas las recetas. En una ocasión nosotros hicimos uno de chocolate que fue todo un éxito:
Hacer un flan es tan sencillo que, incluso yo, que no soy una gran repostera:), puedo hacerlo de vez en cuando para completar una comida especial o, simplemente, porque quiero que los míos tomen una dosis extra de huevo y leche de una de las formas más deliciosas que existen.
En esta ocasión os propongo que hagáis un flan con queso de untar ( también puede hacerse con un requesón o queso muy fresco) y cambiéis el caramelo por un coulis de frutos rojos, una mermelada que tengáis por casa o una mezcla de ambas, que es lo que hice yo para aprovechar un resto de mermelada de cerezas. También le incorporé el almíbar de estas flores de ibiscus que veis en la foto.
El resultado es un postre de textura muy ligera, ideal para acabar las comidas copiosas de estas fiestas sin tener que recurrir siempre a mantecados, polvorones y turrones, o para darse el gusto, simplemente, de «merendar como un niño»🙂
Ton
febrero 21, 2017 @ 16:02
Exquisito un flan diferente.