La ropa vieja era una de los platos de aprovechamiento más conocidos y populares, fáciles de preparar  e increíblemente sabrosos.  Cuando en las casa se hacían semanalmente ollas gigantes  de pucheros, potes o cocidos para que comieran muchas personas durante varios días, inevitablemente siempre había algo que sobraba, pero ni mucho menos se tiraba, simplemente se le daba otra vida, se creaba otro plato que todos conocíamos como la ropa vieja.

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El cocido, en sus muchas versiones territoriales,  tiene ingredientes distintos en cada lugar donde se cocina dependiendo del territorio, los gustos y culturas. Al fin y al cabo, desde aquellos lejanos orígenes en la adafina judía, el cocido, el puchero, el pote, el potaje, etc, como plato universal que fue y es,  ha viajado tanto que, de España o, para ser más exacto, desde la vieja Europa, se fue  con sus sacramentos a hacer las Américas . Y a partir de ahí,  se dio una vuelta por el Nuevo Mundo  por lo que hoy  en día es  sencillo encontrar platos de carne deshilachada y salteada diferentes con verduras, hortalizas, incluso legumbres, en muchos países de hispano América para disfrute de comensales que comen a pie de calle un bocadillo  de ropa vieja, o un plato de la misma acompañado de arroz o frijoles.

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Pues bien, durante estos últimos días de abril tan desagradables, con frío y lluvia casi a diario, nosotros hemos hecho nuestro último cocido- en casa, escudella barrejada, es decir, la gran olla de carnes y legumbres en Catalunya- y, como siempre pasa, quedó algo de gallina, ternera, un poco de carne de cordero, concretamente de pecho y cuello que me encantan porque una vez cocida su carne queda muy sedosa, más  algunos garbanzos y algo de zanahoria y puerro. Y me dejé llevar por mi afición a los pasteles fríos y salados, las terrinas, en general, para hacer esta receta que hoy os presento. Aquí tenéis otro ejemplo  de terrina para aprovechar las carnes de un cocido que encontraréis en este blog:

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Como siempre os digo, lo mejor de esta receta es que es muy fácil, muy barata, está muy buena y podéis conservarla varios días en la nevera. Hacedla a vuestro modo con los ingredientes que os gusten, las especias o hierbas  que os apetezca, dadle, en definitiva, vuestro toque. Con tan solo un poco de ensalada al lado, tendréis un palto completo para toda la familia.

Buen provecho!bien