Las ensaladas con frutas tienen una doble ventaja: en un solo plato puedes comerte esas 5 piezas de vegetales al día que recomienda toda dieta razonable. Normalmente, a la mayoría de las personas les parece un invento de lo más moderno añadir frutas a las ensaladas, los gazpachos o los guisos. Nada más lejos de la realidad. Para entenderlo tenemos que remontarnos a los siglos preconquista de América en los que se comía sin pimientos, frijoles, tomates o patatas, a las épocas en las que el azúcar era una especia carísima- e insisto en el término especia, condimento- y comprenderemos el porqué de la profusión de frutas en las antiguas recetas, amén del gusto por la mezcla de sabores, colores y texturas que tenían las clases altas, aquellas que se podían permitir caprichos semejantes como patos con peras, melocotones rellenos de carne, pollo con ciruelas y orejones, etc.
La lista de lo dulce y lo salado sería muy larga y está todavía muy vigente en las cocinas orientales, precisamente el lugar de donde llegaba a Occidente lo más exótico, lujoso y deseable. De manera que, como suelo decir a mis alumnos: nivil novum sub sole.
En cualquier caso, la ventaja que tiene hoy en día esa mezcla del dulzor de la fructosa con el salado o el amargo de otros vegetales o sopas frías es que enriquece mucho la paleta de sabores y nos aporta una gran cantidad de alimentos frescos, nutrientes saludables, son el doble de refrescantes y están muy, muy buenas. Así que, os pongo unos ejemplos y tú escoges. Buen provecho!
Ensalada de col con su toque de manzana
Ensalada de espinacas, Roquefort y manzanas
Y ya que tenemos queso azul, hagamosla con peras, cogollos y frutos secos
Pasemos a las fresas. Ensalada de espinacas, fresas, bulgur y langostinos
Con sandía salen unas ensaladas muy frescas, pero, ¡ojo! hay que comerla rápido, de lo contrario se encharca el plato con el agua de la fruta. La hemos hecho con aguacate y queso fresco
Con melón Cantalupo y magret de pato hicimos una ensalada de lo más gourmet
En tiempo de cerezas, yo adoro esta mezcla con un paté de pato al Oporto. Fue una de nuestras recetas en el apartado de ensaladas de nuestro último libro: Cenas fáciles, rápidas y sanas.
La ensalada marroquí con uvas es ideal para llevar en un tupper a la playa o a la oficina
Las ensaladas de pasta ya no son tan inofensivas. Hay que contar con los hidratos de la pasta, pero a veces nos preparamos alguna con todo lo que nos guste:
De pasta de lentejas rojas y melocotón, escarola, queso fresco y un ligero pesto
De manzana, pasta, Roquefort, nueces….
En otoño, las de higos con burrata, canónigos y nueces son fabulosas
Ensalada de higos rellenos de pesto rojo y ricotta con endivias. Un contraste de sabores sorprendentes:
En invierno con pomelo y pavo
De habas con bacalao, hinojo y naranja. El bacalao le queda de muerte a la naranja.
De lentejas con aguacate, salmón, pepino y mango
Las ensaladas con granada son tremendamente buenas. Una de las frutas más conocidas en Oriente y más elegantes para preparar cualquier plato. Esta, además, lleva micuit y nueces pecanas
Y, cómo no, vamos a rellenar aguacates con mango!