Bacalao  fresco con cigalitas, mejillones y garbanzos es lo que en mi casa llamamos «guisotes de verano«, es decir,  aquellos guisos de cuchareo preparados con todo aquel pescado o marisco que tengamos a mano, aquel que nos podamos permitir, el que una servidora vea en el mercado y le entre por los ojos y el bolsillo o lo que algún amigo tenga a bien taerte ese día….

Normalmente son todos platos sencillos que están en casi todos los recetarios populares y en los que la técnica varía muy poco, desde el marmitako  de atún en el País Vasco, el de  bonito, también llamado sorroptún cántabro, la caldeirada de merluza gallega hasta el suquet de rape más glorioso que queramos preparar para un día festivo. Son recetas cuyo origen está muchas veces en las propias barcas de los pescadores, preparadas con pescado de descarte, aunque con el tiempo los hayamos aburguesado, convirtiéndolos en elaboraciones que poco tiene que ver con su original necesidad de aprovechar lo que el mar regalaba a sus trabajadores para que pudieran vender el resto

Esta, por ejemplo, es una caldereta de lubina con pimientos

Cualquier pescado que tenga un mínimo de tamaño y grosor es susceptible de guisar con patatas o legumbres acompañado siempre de un buen sofrito de hortalizas del tiempo, aderezado con las hierbas o las especias que más te gusten y regado con algún vinito o caldo de pescado previamente preparado con sus cabezas, espinas, pescados de roca, alguna galera o cangrejo… Lo que se te ponga a tiro.

Cazuela de sardinas, limón y hierbabuena

Es esa cazuela más digerible, pero también sabrosa y reconfortante; que llena, pero no pesa, y que suple a las de invierno, más porcinas y grasientas habida cuenta que el frío pide «más leña para el cuerpo». Por eso, durante el verano, veréis muchos guisos de pescado en este blog: nos sirven todos, tal y como he dicho, pero cada uno tiene su carcaterística y su forma de comportarse en un guiso que hay que saber y respetar. No es lo mismo un atún o bonito que se hace en  brevísimos minutos, casi con el calor residual,  una pequeña sardina de corta cocción, que este bacalao fresco que he frito ligeramente, previamente enharinado, para que no se me rompa y después he dejado cocer cinco minutos más. Todas estas cazuelas de marisco y pescado solo requieren mimo por el producto, aunque sea el más humilde del mundo. Todos necesitamos cariño:)