Seguro que os habréis fijado el aspecto tan deprimente que hace vuestra despensa tras las vacaciones. Casi tanto como vosotros, pero con un color de cara más mortecino. La nevera espera, triste y sola, que vuelvan loas hortalizas a dar color al cajón de las verduras, la huevera enseña huecos de una profundidad insondable, el espacio de los yogures está olvidado, nadie vigila su caducidad con el mimo de antes, como a la temperatura de un niño con fiebre, los quesos tienen una pelusilla verde y húmeda o se han tornado armas mortíferas, duras y afiladas, prestas a cargarse implantes sin piedad.
El congelador es un iceberg a la deriva. En él andan pegadas algunas gambas solitarias que congelaste en su día, algún palito de surimi que nunca usaste, unas setas variadas que no saben de variedad alguna, unos guisantes finos de princesita de cuento y alguna patatita, por si acaso un día. En la despensa, sobreviven bien los botes de legumbres, las latas de pescado y conservas de verduras , las galletas, los purés de patata instantáneos y algo que ya no sabes qué es porque perdió hasta el código de barras y la caducidad con el paso del tiempo.
Entonces, algún crío malvado dice: no hay nada que comer!!!! Y tú, te revelas, porque eso jamás te pasa a tí. A tí, que presumes de despensa, de nevera abarrotada, de congelador lleno hasta las trancas. Así que pones manos a la obra y empiezas la operación anual «limpieza de despensa» según tu Manual del Perfecto Reaprovechador de Alimentos o #aquinosetiranada.
Vamos allá con algunas ideas:
Me he encontrado con una lata de frijoles negros, unas fajitas, una lata de tomate, un trozo de cheddar que sobró antes de irnos. Le endiño mucho picante y alguna especia tipo jengibre en polvo y un buen puñao de cilantro y me hago este platazo: Brunch cubano o los mejores huevos al plato que probarás en tu vida.
¿Y ahora qué hago con estas gambas langostineras, este minitetrabrik de nata líquida y el brandy que nos regaló mi suegro? Pues este plato de gambas al brandy. No te olvides del ajo, la cebolla, el tomate triturado y concentrado, el cilantro y el jengibre. Véndelo como «cocina fusión»🙂
Y qué manía tienen mis hijos con los palillos y la pasta asiática. Ellos ya no pertenecen a la generación de los macarrones con chorizo. Bien, hagamos un salteado de verduras, fideos de arroz y salsa de soja. Si tienes unos anacardos por ahí y un poco de cayena en polvo, le van de fábula.
Esta receta es tan simple que la saben hacer ellos solos ( que ya es mucho) aprovechando con cualquier trozo de verdura que pillan por la nevera y el wok que les regaló su tía:
Los purés instantáneos no son de mi agrado, pero vienen bien cuando no se tiene tiempo y quieres currarte un pastel salado exprés como este, con zamburiñas en lata, olivada y espárragos trigueros. Tiene su qué, verdad?
El dichoso couscous que habita en nuestra despensa! Tiene más años que Matusalén. A ver si os hacéis algo con él o lo tiro por la ventana como si fuera confetti!!!! A mi señor marido se le ha ocurrido esta receta de couscous con gambas y verduritas. Le dará sabor con un montón de hierbabuena. No, si cuando te tenga enseñao….
Más latas. A ver qué dice aquí: mejillones en escabeche un punto picantes. Bien! Los vamos a meter en unos espaguettis con mejillones, ajo, guindilla y un pelín de salvia. Fácil, barato y bueno.
Os la explico:
½ kilo de pasta
Un trozo de guindilla
4 dientes de ajo
Aceite virgen extra.
Sal
Una lata de mejillones en conserva La Chinata
Perejil picado, cilantro, cebollino o, incluso, salvia.
Preparación:
Hervir la pasta como siempre, reservar cuando esté al dente. En una sartén dorar los ajos bien picaditos, añadir la guindilla y, con una par de vueltas, volcar sobre la fuente de pasta. Añadir los mejillones por encima junto con su salsa. Espolvorear con la hierba aromática que nos guste.
Esta despensa es la Cueva de Atapuerca! Ahora va y me sale de las profundidades una lata de chipirones y un saquito de arroz largo. Ensalada de arroz con chipirones en su tinta??? Bueno, también lleva algunas hortalizas cortaditas bien pequeñas para darle más gracia:)
Más garbanzos en la despensa. Para mí que se reproducen porque tienen un microclima ideal. Vamos a empezar con una ensalada de más gambas, más garbanzos, más cherrys y más habas. Con algún huevo, quizás.
Y un hummus, ¡cómo no! Pero con olivada y zumaque. Id calentando unas pitas!!!
¡Espárragos de la Navidad pasada!! Dios, que mal rollo. A la olla inquisitorial con ellos. Le pondremos una cebolleta pochada, una patata, jamón y tomillo y la titularemos la crema de espárragos de lata que nunca quisiste hacer:)
Y, por supuesto, unas patatas mini para cocer en el microondas, un paquete de salmón ahumado, más nata líquida y algún encurtido, como alcaparras o pepinillos…. Pues hagamos unas patatas a la crema de salmón en 10 m. de micro:
¿¿Y esto??? Lasaña exprés de espinacas y un bote de pimientos morrones, otro tetrabrik de nata líquida. Veamos… Os explico la lasaña de verano que nos vamos a meter entre pecho y espalda. Cuando acabe con esto, mi despensa estará limpia como los chorros del oro y a mi me darán la medalla de honor a la cocina de aprovechamiento o escribiré la segunda parte de Carmencita, la buena Cocinera. Quién sabe:)