A Lorena no le gusta cocinar. Lima las uñas con desgana y cuando se acaba la cera tibia sale a comprar Lacasitos de chocolate que guarda para siempre en las caderas. Se pinta los ojos de concubina de harén, con sombras oscuras, color noviembre feo, se pinta la boca de marrón hoja, color tristeza perenne, se tapa las ojeras con touche éclat, glamour de neceser; se peina, se lava, se nutre y se hidrata y no le brilla el pelo ni la piel. Tiene hambre atrasada y busca en el bolso alguna galleta mentira, cien calorías “sabor vainilla”
Su suegra insiste en que la niña debe comer pescado y ella le trae nuggets en cajas de cartón, la profesora insiste en que la niña no sabe soplar globos y llora en los recreos, ella le trae una piruleta con forma de corazón. Su marido ve partidos interminables, ella come más patatas fritas, más Lacasitos y enfría más cerveza en latas. Sus compañeras hacen dietas con bayas africanas que todo lo queman, ella tiene una amiga china que le hace infusiones que todo lo queman. Lorena no quiere cocinar, viste de un negro que no le luce elegante, bambolea caderas glotonas, torpes, y escoge el esmalte con desgana: ¿Rojo o granate, pedicura francesa, labios, cejas y mentón?
Lorena me pregunta cómo preparar un tartare de salmón con aguacate. Tiene colores nuevos en su caja de esmaltes, lleva unas medias de piel suave, unos muslos que ya son de otro, ofrece sonrisas y rímel mientras come fresas lascivas que le han hecho llegar en cajita con lazo dorado, arranca la cera de los bigotes con rabia desatada y luego sonríe un mango, una piña; machaca los glúteos ajenos con palizas de drenajes, levanta los ojos que ya son de otro, yergue los pechos, quiere aprender mesoterapia. Ayer cené ensalada de espinacas, tomate cherry y queso feta. Le añadí una vinagreta de avellanas y miel. ¿Que te parece?. Su hija cenó crema de calabaza en una Thermomix por estrenar. Dice que le preparó una merluza a la vasca que les gustó mucho a los tres. Él trajo un blanco de Rueda que ella aún saborea.
Lorena quiere cocinarlo todo. Ha elegido dejarse llevar, se deja arrastrar por torrentes de glucosa, por diabetes dulces, desbocadas. Tengo que aprender a hacer un rissotto con ceps. Dicen que puedo introducir el arroz en pequeñas cantidades, algunas patatas hervidas, carnes magras, las frutas sin demasiado azúcar, el pescado azul…. Amo a este hombre y a sus índices glucémicos hasta el fondo de mi alma. El salmón marinado relleno de queso, alcaparras y eneldo es su plato favorito. Ayer andamos por la playa- la diabetes y el amor adoran el paso lento, firme, constante-; mi hija llevaba un globo rojo en su bicicleta y un anorak dorado con perlitas en la capucha. ¡Sus besos son tan dulces!
ADA PARELLADA
abril 4, 2012 @ 17:44
Inés,
que bién escribes. Este post es una maravilla
Ada
Pantxeta
abril 5, 2012 @ 13:02
Arrastrar a otros, y además queridos, al disfrute del cocinar y sus derivados, es lo más!
Y como decía la Allende en su Afrodita: “Me arrepiento de los platos deliciosos rechazados por vanidad, tanto como lamento las ocasiones de hacer el amor que he dejado pasar por ocuparme de tareas pendientes o por virtud puritana”
Salut!
Erica
abril 10, 2012 @ 13:22
Gracias pro el blog, me gusta mucho lo que escribes.
Si te apetece pásate por el mio:
Aceite de oliva Virgen Extra Los Omeya
El mejor aceite de Córdoba
http://www.aceitedelcampo.com
Yseult Ouellet’s shop
noviembre 23, 2012 @ 22:17
Highly energetic blog, I loved that a lot. Will there be a part 2?
Sergio
mayo 12, 2022 @ 14:46
Para cocinar el mejor pescador y que tenga un sabor especial, lo mejor es acompañarlo con Aceite de oliva virgen extra de cosecha temprana como los que te puedes encontrar en la provincia de cordoba
Ines Butrón
mayo 12, 2022 @ 16:51
Desde luego. Es uno e los que más me gustan: aceite de Priego de Córdoba. Un saludo y gracias por comentar.