Benedicto XVI ha llegado a Madrid. A miles de kilómetros del Cuerno de África, ese rincón dejado de la mano de Dios y sus representantes terrenales, la gente canta alborozada por las calles ¡Cristo vive!
La virgen de la Paloma reluce más que nunca entre olor a gallinejas y entresijos, las chulapas se enroscan en un chotis con la pechera altiva, una morena y una rubia hijas del pueblo de Madrid; la plaza mayor se ha quedao chica pá tanto forastero-peregrino-becario de universidades del Opus. ¿De dónde saca pá tanto cómo destaca? Vuelan las cervecitas y los bocadillos de calamares en las manos de camareros con galones. La tortilla española tiene los colores del Vaticano, los callos arden, el asfalto de deshace y la sombra alargada y fea de los Austrias se lleva las manos a la cabeza viendo la delegación papal acompañada de un coro de Eurovisón. Esto es un Woodstock católico, me dice mi madrileño amigo Javier
Pecadores de medio mundo oyen el Ángelus a 40º. Aletargados por el calor, la oración y la sangría confiesan ser jóvenes, idealistas e ingenuos, tener pensamientos impuros, albergar sueños de codicia, no practicar la caridad cristiana ni de ninguna otra confesión, amarse a uno mismo más que a cualquier otro prójimo, sea este vecino de rellano o habitante del cuerno de África y esté hambriento.
Mientras Etiopía y Somalia se muere de hambre, cardenales, obispos, arzobispos, curas, monaguillos, monjas, monjes, legionarios de Dios y mareas de jóvenes en éxtasis se sientan a mesas repletas de comida- ¡10.000 menús diarios!- de cánticos y de alabanzas al Señor. Probablemente ya nadie agradezca los alimentos que van a recibir, embriagados de inconsciencia o afectados por sobredosis de fortuna. La suerte sonríe a este pueblo de Dios y su alegría es como un puñal que se clava en la boca desdentada de un somalí.
Dicen que los camiones de ayuda humanitaria son interceptados a medio camino por fuerzas de Al-Qaeda ( Dios castiga, pero sin palo! Piensan algunos, vengativos), que la sequía es la peor en 50 años ( Dios proveerá! Piensan algunos, impasibles), que las madres pierden hijos por el camino ( llenitos de sida!, piensan algunos, muy crueles), que los refugiados se apiñan en carreteras que no llevan a ninguna parte ( los últimos serán los primeros! Piensan algunos, hipócritas); pero nadie se inmuta y todo el mundo sigue cantando en este Madrid nuncaolímpico, pero rebosante de juventud que ora pero no labora.
Pantxeta
agosto 18, 2011 @ 20:44
Bravo!
Pd: por la foto se defenderán diciendo que solo comieron ensalada mixta 😉 tristérrimo.
Un saludo
arantxi
agosto 25, 2011 @ 16:20
Una vergüenza bien grande. Eso mismo pensé yo cuando vi los presupuestos para esta congregación tan multitudinaria de cristianos (por no poner una palabrota en este comentario). Tremendo dineral que se ha gastado (o que nos hemos gastado) para que vengan estos señores simplemente a reunirse y festejar.. con un cuarto de ese dinero ya hubiesen sido felices a los que realmente les hace falta.
En fin, así son las cosas en este país.. y en este mundo.
Un saludo, me encanta tu blog, te sigo!
atable
agosto 25, 2011 @ 17:35
Hace poco vi en la 2 de TVE un documental titulado «Nosotros alimentamos el mundo». Te lo recomiendo. Y gracias por tus palabras.