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Cocina de reciclaje: cómo aprovechar los mejillones

Esta es una pescadohistoria que se muerde la cola. Una y otra vez, damos vueltas a las mismas recetas sin pensar, damos de comer a los nuestros sin pensar: «los niños no lo quieren», «no tengo tiempo de hacer esas cosas», «el pescado es caro». Resultado: aburrimiento, monotonía, falta de chispa en la cocina.

Ni todo el pescado es caro, ni es verdad que los niños- acostumbrados- digan que no a nuevos sabores, colores, aromas. Cuando compramos productos en su momento óptimo, la materia prima es mucho más barata y, sobre todo, de mejor calidad ( este es el momento en que empiezan a llegar las buenas sepias, las caballas, los boquerones, el bonito, etc)  Por otra parte, hay que intentar siempre que planifiquemos el menú semanal sacar el máximo partido a cualquier elaboración, no desperdiciar nada (ayúdate del congelador, es un gran aliado)  y ser lo suficientemente ingeniosos como para darle una nueva vida a un resto de salsa que quedó, aprovechar ese fondo que teníamos congelado o, simplemente, imaginar una receta distinta a partir de unas sobras.

Por lo que a mí respecta, la cocina de reciclaje o de aprovechamiento es la que más me divierte y me motiva a la hora de cocinar, además de los beneficios  indudables que obtengo a  final de mes.

Esta semana encontré buenas pescadillas en el mercado. Yo escogí un lluç de palangre, uno de los más apreciados. Las merluzas de arrastre suelen llegar muy maltratadas y, si, encima, llegan de la Conchimbamba, han perdido la frescura por el camino. Por el contrario una pescadilla de este tipo suele tener unos higaditos jugosos, enteros, una carne prieta y blanca, suave, si es de la costa catalana tiene una piel brillante, menos oscura, casi plateada.

Los mejillones, ese marisco humilde que tanto juego da en la cocina, me pareció también una buena elección. Los cogí gallegos, de batea. Al contrario de los de roca, que eran extremadamente pequeños, estos me parecieron llenitos,  sabrosos y  baratitos. Mi primera idea fue hacer una buena cazuela con todo ello y unas patatas, con una salsa blanca, de vino blanco, guisantes, tal vez, pensé. Y luego……………….se me fue de las manos.

Primero preparé unos cuanto mejillones al vapor.  Y me sobró medio kilo. Los escabeché.

Mejillones en escabeche:

mejillones 2

La receta es tan simple como dorar unos cuantos dientes de ajo en un poco de aceite de oliva, añadir unas hojas de laurel, echar una cucharada de pimentón , dulce o picante, al gusto de cada uno, echarle un buen chorro de vinagre de vino y un vaso de agua y dejar reducir. Cuando esté listo, añadir los mejillones una vez limpios de sus cáscaras. Reservar de un día para otro.

Pero seguían  sobrando mejillones al vapor………….Y pensé en hacer una crema de mejillones con cuatro gambas langostineras que tenía en el congelador y sobre ella poner la pescadilla que haría previamente a la plancha. Un plato sabroso, pensé, pero relativamente fácil de digerir, y sin excesos de grasa. Hay que prepararse para la operación bikini, pensé ( en esto siempre pienso, pero tarde).

Y esta es mi receta de pescadilla con crema de mejillones

pescadilla con crema de mejillones y gambas

 

Para hacer esta pescadilla con salsa de mejillones tienes que abrir al vapor los mejillones y reservar el caldo. Yo tenía un poco guardado en el congelador porque a veces los abro con un chorro de vino de Jerez y, la verdad, esas cosas, o se beben, o se guardan para guisar…

En una sartén con algo de aceite de oliva, rehogué una cebolleta fresca, un  puerro y dos zanahorias, le añadí, además,  5 gambas peladas que tenía en el congelador, y no contenta con ello, lo disfracé de rojo con una cucharada de ñora deshidratada. Un poco más suave que el pimentón y menos choricera que los pimientos del mismo nombre. Después volqué  los mejillones que había guardado y el caldito con su perfume de mejillón y Jerez. Le dí un hervor….

Después lo pasé todo por la batidora. Por cierto, si ves que te queda muy líquida, añade un poco de Maizena diluida en un vasito de agua fría o caldo.

Pero me sobro salsa……………….y decidí hacer al día siguiente una cazuela con patatas, pescadilla, salsa de mejillones  y  huevo poché. Un plato único de esos que gustan a todo el mundo y son fáciles de hacer.

merluza la foto 1 (28)

Para hacer este plato ya contaba con la salsa-crema ya hecha, así que lo único que tenía que hacer era añadir las patatas y el pescado. Sin embargo, las freí un poco antes para darle esa doble cocción que tanto se agradece visualmente, pues la patatas no se deshace por mucho que se alargue la cocción. Una vez fritas por las dos caras, las metí en la cazuela donde previamente había puesto la crema de mejillones en el fondo, cubrí con agua y, aproximadamenete, 20 minutos más tarde, cuando ya estaban casi hechas, puse los filetes de pescadilla que quedaban y tapé a los cinco minutos de cocción para que se acabaran de hacer en su propio calor. A parte, preparé el huevo con el truquito del papel film y la gota de aceite. Lo serví todo junto y, listo!

He guardado más crema  de mejillones en el congelador, así que la próxima tanda de arroces, sopas o fideos está ya en marcha:) Reciclando, reciclando, reciclando…..……..


2 comentarios
Monica

abril 11, 2020 @ 17:50

Reply

Me declaro fan de la cocina de reciclaje. Es mucho más emocionante y nos permite desarrollar a tope nuestra creatividad. Me encantó tu post y voy a hacer las mismas recetas. ¡Muchas gracias por comprtir!

Ines Butrón

abril 12, 2020 @ 16:18

Reply

Tienes toda la razón, Mónica. Es increíble la cantidad de buenos platos que pueden salir cuando ves que no quieres ni puedes tirar nada a la basura. Un saludo, colega:)

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Por Ines Butrón
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