¿Qué tendrán los guisantes que tanto disgustan a la mayoría de los niños? Será porque , sin querer, esta legumbre redondita y dulce se convirtió en el martirio de una princesita quisquillosa?
Cuando uno es pequeño tiende a rechazar toda clase de bolitas en el plato -garbanzos, guisantes. Resulta más entretenido pasar el rato apartándolas hacia el borde , como niños proscritos, que descubrir su sabor increíblemente delicioso, dulce, muy blandito, perfecto para servir como guarnición en un plato de salchichas, puré de patatas y guisantes , formar parte de una ensalada de pasta, un arroz de verduras y pollo, una tortilla de jamón y guisantes, una menestra de verduras, una crema, etc, etc.
Imagen: popietas de gallo en papillote con crema de guisantes
Revuelto de habas y guisantes y ajos tiernos
El éxito de los guisantes, rey de la huerta primaveral, igual que las habas, depende de su calidad y de su cocción. Si utilizamos guisantes congelados es mejor que aparezcan en forma de crema o en una ensaladilla rusa, pero si queremos hacer un plato tan sencillo como este es mejor que sena frescos, de la temporada.
Puesto que yo tengo la suerte de vivir en una de las zonas de España que mejores guisantes cultiva, la comarca catalana del Maresme , yo los utilizo frescos en los meses de marzo y abril. Junto con los guisantes de lágrima de Guipuzcoa, son los más valorados por los grandes cocineros, quienes suelen deleitarse con un “caviar verde” que tanto juego da en la cocina.
Cuando vuestros hijos sean mayores y ya no les tengan la tirria de la princesa de Andersen, probad con esta receta tan simple en la que ellos mismos pueden colaborar pasando una rato entretenido desgranando guisantes:
Guisante con ajetes y jamón:
Para tres personas:
2’5 k. de guisantes frescos
Un manojo de ajos tiernos
200 gr. de jamón
Un manojo de hierbabuena
Aceite, sal y un poco de agua
Poner en una cacerola los ajos a dorar con un poco de aceite de oliva, no dejéis que se quemen.
Saltead los taquitos de jamón. Si utilizáis un jamón muy bueno, de bellota, no lo pongáis hasta el último memento. Es mejor que no se caliente y pierda textura y sabor.
Cuando los veías transparentes, echad los guisante y cubridlos con un poco de gua- no mucha, solo para aligerar la cocción, y tapadlos con una tapa con agujeros, para que haya vapor.En catalán se llama ofegats a esta tipo de técnica. A veces, se solía poner encima de la cacerola un plato con agua con cuyo vapor se cocían los guisantes.
Es el momento de añadir la hierbabuena para que perfume el conjunto.
Servid muy caliente. En casa gustan mucho con huevos pochés.