Hoy vamos de compras a Paprika Gourmet, porque ¿Quién no ha oído hablar del pastrami alguna vez?
Lo vemos en las películas americanas, incluso, tal vez algunos de vosotros lo ha comido en algún buen sandwich sin preguntarse nada más acerca de este producto cárnico de origen húngaro. Poco a poco el pastrami se ha ido haciendo un hueco en nuestra alimentación, por eso quisimos buscarlo en nuestra ciudad y, de paso, como ocurre siempre, conocer algo más de la cultura gastronómica húngara.
Tras una pequeña búsqueda a través de la red, dimos con la tienda de productos húngaros Paprika Gourmet. Una tienda que, además, cuenta con un pequeño espacio para degustación de productos in situ y un servicio a domicilio de sus preparaciones. Charlamos con su propietario y nos contó algunas cosas que nos llamaron la atención, por lo que intentaremos resumirlas en este blog con el ánimo de despertar vuestra curiosidad sobre la cocina de este país boscoso de grandes ríos.
En primer lugar, obviamente, hablamos del pastrami, esta especie de jamón de ternera que tan popular se ha hecho en los últimos años. Sus vistosos sándwiches llenan las revistas y las redes gastronómicas, su sabor es marcado, pero no fuerte, con un toque de pimienta al final. A veces es ahumado, pero siempre debe ser carne de falda de ternera prensada, secada lentamente, para conseguir ese sabor peculiar y la inexistencia de grasa que lo diferencia de otros embutidos a los que estamos más acostumbrados, sobre todo los que vivimos en esta parte del Mediterráneo tan proclive al cerdo.
Aunque lo más habitual es crear bocadillos de lo más sabroso con el pastrami, nosotros lo utilizamos para crear un entrante navideño que tuvo bastante éxito. En esta receta mezclamos una ensaladilla de celeri y zanahoria junto con la salsa remoulade y lo enrollamos en unas finas tiras de pastrami.
Los húngaros, sin embargo, son también grandes consumidores de embutidos porcinos (principalmente chorizo de Csaba) y de foies de pato y oca. De hecho, el cerdo de raza mangalica es un animal que también se cría al aire libre y se alimenta de bellotas, como nuestros cerdos ibéricos. Incluso, la liebre, el jabalí y el conejo están muy presentes en los embutidos, ya que Hungría es uno de los países donde más peso gastronómico tiene la caza.
Al margen de este producto estrella charlamos sobre paprikas. Dulces o picantes, este pimiento criado a las orillas de los grandes ríos húngaros, secado al sol y molido es fundamental en múltiples platos internacionales, pero, sobre todo, es imprescindible para el Goulash. Este archiconocido guiso de origen pastoril tiene, sin embargo, varios matices que hay que tener en cuenta, porque, según nos explican, el goulash auténtico sólo lleva carne de buey, cuando le añadimos verduras estamos ante una sopa de goulash a la que suele añadírsele algo de pasta para sopa.
Me despertó la curiosidad toda su explicación sobre guisos preparados en grandes calderos al aire libre, por lo que busqué en el Atlas del Gastrónomo de M. Rose Shulman este pequeño resumen:
“Guisos Húngaros: cuatro estilos
Los nutritivos guisos húngaros fueron introducidos probablemente por los magiares, creadores de los bogracs ( calderos) sobre un fuego abierto. El gulyas o gulash es el más conocido de los guisos húngaros, que se puede presentar en forma líquida, como gulyasleves ( sopa de gulash), o en forma seca gulyashus ( gulash de carne). Se trata generalmente de un plato de buey aromatizado con cebollas y alcaravea.
El porkot puede prepararse con pescado, caza y diferentes tipos de carne y se sazona con paprika, manteca, tocino y cebolla. Los paprikas son parecidos al porkot, pero se sazonan con crema dulce o agria justo antes de servir. El paprika csrike (con pollo) es el más conocido de ellos, pero el plato también puede cocinarse con ternera y carpa. El tokany es una especie de ragú en el que las tiras de carne se cuecen en sus propios jugos y se sazonan con buey, cordero, ternera, pollo y caza”
Nos llamó también la atención la cantidad de mermeladas y de zumos de frutas, sobre todo de flor de saúco que había en la tienda. Aunque la fruta estrella era la guinda ( cerezas) con la que se preparan mermeladas, aguardientes y sopas.
Pero, sin duda, lo último que uno retiene en la memoria en una tienda de productos húngaros es la imagen de aquella botella de Tokaji, el vino de los emperadores, uno de los preferidos por Casanova, uno de los que vinos con los que mejor se puede acabar una buena comida. La guinda de esta visita rápida a la gastronomía húngara que hoy os recomendamos.
Paprika Gourmet:
C/CASTILLEJOS 248
08013 BARCELONA (ENTRE MALLORCA Y VALENCIA)